De acuerdo con datos de las Oficialías del Registro Civil, de los Servicios Médicos Forenses, de actas de defunción, y de cuadernos estadísticos proporcionados por las Agencias del Ministerio Público al INEGI, la primera causa de muerte en adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años son las agresiones (homicidios). Adolescentes mexicanos que asesinan a otros adolescentes mexicanos, jóvenes que ejecutan a otros mexicanos.
Las cifras definitivas de defunciones correspondientes a 2024, dadas a conocer hace cinco días por el INEGI, nos muestran que también hay niños que matan a niños (eso lo digo yo, no el INEGI), ya que las agresiones (homicidios) son la quinta causa de muertes entre menores que tienen entre 10 y 14 años. Niños y niñas que matan a niños y niñas, niños que asesinan a adolescentes, adolescentes que matan a niños, jóvenes que matan a adolescentes.
Vaya panorama. Por si no fuera una barbaridad, en los adultos jóvenes y maduros que tienen entre 35 y 44 años, lo mismo: la primera causa de muerte son las agresiones (homicidios). Gente en edad muy productiva aniquilando a gente en edad muy productiva. Y entre los cuarentones y cincuentones, también hay violencia: la sexta causa de muerte son las agresiones (homicidios).
¿De cuántos casos hablamos? De 199 entre niños de 10 y 14 años, un promedio de 16 al mes, unos cuatro por semana; de 6,498 entre adolescentes y jóvenes que tienen entre 15 y 29 años, al menos 17 asesinatos por día, en promedio; de 9,832 entre jóvenes de 25 y 34 años, casi 27 al día, en promedio; de 7,395 entre adultos de 35 y 44 años, 20 casos al día; de 4,347 casos entre personas maduras de 45 y 54 años, casi 12 casos por jornada.
En total, se trata de 28 mil 271 agresiones letales, un promedio de 77 por día. Ahí podría quedar esta galería del horror que implica 28 mil 271 rostros sin vida, 28 mil 271 historias de vidas mutiladas prematuramente, pero dejé para el final del recuento el número que más me perturbó: entre niños de 5 y 9 años las agresiones (homicidios) ya son la octava causa de muerte. Hubo 67 casos el año pasado, un promedio de cinco al mes, al menos uno por semana.
Hablemos de mujeres ahora. De adolescentes y jóvenes mujeres en un país plagado de misóginos y machos feminicidas porque, de qué otra manera podemos explicar que las agresiones (homicidios) sean la segunda causa de muerte de las mujeres entre 15 y 24 años de edad, entre adolescentes y jovencitas que vieron truncadas sus vidas cuando apenas estaban en edad de estudiar y empezar una vida laboral.
Mujeres en edades muy potentes, porque entre las jóvenes de 25 y 34 años las agresiones (homicidios) también son la segunda causa de muerte. Y la violencia no acaba pronto porque entre las mujeres que tienen 35 y 44 años las agresiones (homicidios) son la quinta causa de muerte. De hecho, la violencia puede iniciar muy temprano porque las agresiones (homicidios) son la séptima causa de muerte entre niñitas de 5 y 9 años. ¿No es una atrocidad saber que den 2024 hubo 35 asesinatos de nenitas, prácticamente tres por mes? ¿O ya nos deshumanizamos a tal grado que 35 chiquitas entre 5 y 9 años asesinadas no nos parecen tantas?
Entre los hombres, de los 15 y hasta los 44 años, la primera causa de muerte son las agresiones (homicidios). Niños, adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes. Cada vida de un niño, adolescente o joven que perdemos en un charco de sangre es una desgracia para México, como también lo es cada adolescente y joven que termina preso. La fuerza del Estado debe estar enfocada en castigar no sólo a los niños y adolescentes sicarios, sino, sobre todo, en detectar y neutralizar a sus reclutadores. Mientras los cárteles sigan capturando menores impunemente, no pararemos esta desgracia de violencia y dolor.
Hace unos días lo planteó aquí Saskia Niño de Rivera: hay que tipificar el reclutamiento infantil y adolescente “como delito autónomo” (propuso ella), un delito que debe ser considerado MUY GRAVE (digo yo), porque como dijo Saskia, cada muerto y cada encarcelamiento es llegar muy tarde. Terriblemente tarde.
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