Los narcos son marca #HechoEnMéxico. Al menos los que hoy perturban más a Washington: los narcoterroristas fentanilo #MadeInMexico. Y eso es culpa del Estado mexicano, que en metástasis criminal dejó expandir a los cárteles durante todo este siglo. Ya existían desde antes, formaban parte del sistema priista que concibió la temeraria pax narca, pero como sucede cuando se engendran monstruos, los políticos mexicanos -de todos los partidos- perdieron el control hasta la ignominia, hasta que fueron puestos de rodillas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y a lo largo del gobierno pasado.

Ahora, estamos a punto de pagar las consecuencias como nación.

Es cierto que el incremento de los vuelos espía de Estados Unidos sobre México puede ser parte de “una campañita” estridente del presidente Donald Trump, tal como ha dicho la Presidenta de la República esta semana. Es posible, también, que algunos medios estadounidenses con mucho prestigio en el mundo, como The New York Times y CNN, hayan decidido sumarse a dicha propaganda, aunque no sean conocidos por tener afinidad alguna con ese personaje político, sino todo lo contrario. Todo eso es factible. Absolutamente todo lo que le han informado sus asesores a Claudia Sheinbaum, pero también cabe la posibilidad de que ambos medios hayan hecho un buen trabajo de reporteo, tal como lo ha realizado EL UNIVERSAL, y puede ser verdad que Estados Unidos sí se prepara meticulosamente para darle golpes militares efectistas a los cárteles mexicanos. Ya lo expuse aquí desde hace varias semanas, porque así trascendió en Washington: basta ubicar algunos laboratorios serranos de drogas en el norte de México para que una nave no tripulada gringa los fulmine y todo eso quede grabado en video.

Si las consejeras y los consejeros en Palacio Nacional insisten en que no pasará nada, suerte con eso, pero este viernes no fue el locuaz Elon Musk el que amenazó, sino otro personaje:

“Vamos a desatar un maldito infierno contra los cárteles. Ya fue suficiente (…) y los cárteles están sobre aviso", afirmó el asesor de Seguridad Nacional de Trump, Mike Waltz. Parece que todo se alista para que así sea, aunque se lleve a cabo en diminutivo, con un infiernito, porque los vuelos espías estadounidenses de estas semanas han ingresado “bien adentro de la soberanía mexicana”, según se ha sabido en Washington.

Por supuesto que todo esto es una estrategia estadounidense para presionar más a la Presidenta de México ahora que se cumpla el plazo que le dio Trump para no imponer aranceles (tic-toc, sólo falta poco más de una semana para el 3 de marzo), pero hacen mal quienes asesoran a Sheinbaum en subestimar la insensatez del presidente estadounidense y de los halcones que lo rodean. Ya hay muchos indicios de que el magnate va en serio en su amenaza de implementar operaciones militares quirúrgicas contra cárteles mexicanos, todas en nuestro territorio, lo que le permitirá presumir que él cumple sus promesas de campaña. Imagine usted la imagen de Trump en la Casa Blanca dando a conocer un video grabado por uno de sus drones militares, donde se aprecie un narcolaboratorio mexicano borrado de la faz de la Tierra por un pequeño misil, tal como lo prometió.

Lo que tienen que estar pensando ya en la Secretaría de la Defensa Nacional no es si algo así va a ocurrir o no, sino aconsejar bien a la Presidenta en el momento que eso ocurra. ¿Cómo va a reaccionar México? ¿Vamos a atacar una armería en Brownsville? No. Vamos a protestar enérgicamente, ostentosamente, patrióticamente, pero esa protesta no puede parecer una defensa de un narcolaboratorio, una defensa de un cártel, porque entonces Trump dirá: “¿Ya ven? Ella es una persona fantástica, pero el gobierno mexicano tiene una alianza con los cárteles”.

Hace dos días, la Presidenta declaró esto:

“Nos quieren colocar como si nosotros defendiéramos a los cárteles de la droga o a la delincuencia organizada, ¡por supuesto que no! Que no haya confusión de que nosotros defendemos los cárteles, nosotros defendemos la soberanía”.

Ok. Buen ensayo, pero va a ser necesario algo mucho mejor. Sheinbaum tiene una estupenda preparación académica, cultural y política, incluso en el mismísimo Estados Unidos, así que va a descifrar qué palabras exactas debe usar, y lo hará muy bien (hope so), pero por favor, ya dejen de decirle en Palacio que Trump no va a hacer una locura, porque al parecer sí la va a perpetrar y hay que reaccionar bien ante semejante osadía.

Si me equivoco, aquí mismo lo voy a reconocer, pero percibo que vienen días muy difíciles: del otro lado de la frontera hay un grupito de cleptócratas jugando a ser el nuevo sheriff del planeta, ya sea en Ucrania, Gaza, Canadá, Groenlandia… o México. Y al parecer, van a empezar su infame show por acá.

Cuidado.

AL FONDO

No hay que olvidar en estos momentos que el gobierno mexicano ha hecho muy bien en no caer en provocaciones ante las frases altaneras y amenazantes de Estados Unidos, salvo en un momento clave, cuando en un documento oficial -una orden ejecutiva firmada por Trump- fue acusado de tener una alianza con los cárteles mexicanos. En ese instante México debió exigir una retractación pública, porque independientemente de la zanahoria que significó la alabanza posterior de la campaña mediática mexicana contra las drogas, para Trump seguimos siendo aliados de organizaciones narcoterroristas, tal como lo repitió esta semana, cuando con un severo garrotazo dijo que en buena parte de México manda el narco.

No estaría mal, como recurso diplomático de negociación, que se le exija retractarse públicamente, a cambio de lo que de todas maneras le tendremos que entregar el 3 de marzo. México necesita ganar algo ese día, si acaso se nos viene la noche.

jp.becerra.acosta.m@gmail.com

Twitter: @jpbecerraacosta

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