Privilegio o maldición. Tengo dudas. No sé si haber conocido a tantos políticos (as) en cuarenta y tantos años ha sido un privilegio o una maldición. No lo sé. Tal vez representa una especie de herencia maldita por las relaciones públicas que tuvieron mi abuelo paterno (cofundador y director general de aquel Excelsior de los años 60) y mi padre (subdirector general del mismo periódico y fundador y director general del entrañable unomásuno de los 70 y 80), ambos de nombre Manuel.

O quizá sea una dote periodística privilegiada y luego enriquecida con mis propias adquisiciones recolectadas de los ochenta para acá, pero lo que sí me queda claro es que se ha tratado de una interesante experiencia existencial que me ha permitido llenar hojas y hojas de libretas reporteriles con frases de ellas y ellos.

Se trata de una especie de ideario sabio, sarcástico y cínico del priismo, el panismo y el morenismo que he coleccionado desde aquellos fiestones en los años setenta en el rancho de Manuel Moreno Sánchez (mi padre, quien me llevó, me dijo que era propiedad de su tocayo), al cual se llegaba por la vieja carretera hacia Toluca, si bien recuerdo, porque ya soy abuelo y qué tal que me confundo. Yo era un adolescente y una vez al año muchos adultos de la grilla nacional acudían ahí no sólo para comer como tlatoanis y ponerse hasta las manitas con bebidas varias, sino a resolver, según alardeaban, la política nacional.

Y algo había de cierto en ello: Moreno Sánchez (1908-1993), amigo de mi padre, era un destacado priista vertiente liberal (sí, los había progresistas) que había caminado por todos los andadores palaciegos del priato, incluso en los jardines de Los Pinos, donde paseaba y discernía con presidentes de la república, pero ante la matanza de Tlatelolco rompió con ese PRI represor y autoritario. En mi presencia, durante una comida de tres, le narró a Manuel cuando a la nomenklatura de su partido él mismo le advirtió con gran intuición:

“Es un hombre colérico. Si es presidente, habrá muertos”.

Y ya sabemos lo que pasó con Gustavo Díaz Ordaz.

Quizá esa misma anécdota ya se la había contado antes a mi viejo y la repitió en aquella sobremesa para presumirla ante el aprendiz de reportero que lo miraba con mucha atención, pero el caso es que Moreno Sánchez jamás pudo desligarse por completo del PRI porque colaboró en el surgimiento de la Corriente democrática en 1988, de la cual emergieron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y luego Andrés Manuel López Obrador. Y desde ahí, desde el fraude electoral de aquel año contra Cárdenas, orquestado por Miguel de la Madrid, Manuel Bartlett y Carlos Salinas de Gortari, empezó la larga defunción del PRI, que ciertamente ya se extinguió, aunque el partido todavía no se ha percatado.

Pero bueno, de las libretas extraigo unas cuantas frases de políticos, que non son otra cosa que una especie de consejería política maquiavélica que pocas veces acataron y acatan ellos mismos, los cortesanos de la aristocracia política nacional…

1.- Ten los pies en la tierra siempre. No pierdas el piso jamás porque el que lo pierde se marea y no vomita, pero sí acaba vomitado.

2.- No consientas que alguien te ponga en un pedestal porque tarde o temprano algo o alguien te derribará.

3.- Ahuyenta a los aduladores de tu entorno: la hora es la del reloj, no la que digan el presidente o tú.

4.- Congruencia no es una vieja tía española sino una actitud de vida en la política.

5.- Los Principios no son dos güeyes en dueto de cabaré sino aquello que las abuelas y abuelos llamaban “buena educación”: un político mal educado es un político fracasado.

6.- En la política hay que vivir con sobriedad, incluso si tienes lujos: La Riqueza no es una fonda en La Portales sino un privilegio que debe llevarse con dignidad y no ostentarse nunca ante los que menos tienen: si metes un Mercedes Benz descapotable a un pueblo con miseria, la miseria eres tú.

7.- Comprende cabalmente que moral no es un árbol imposible de cultivar en México sino el tímido intento de la política mexicana para comportarse con decencia.

8.- Narcicismo no es ser figurín, no es peinarse mucho o arreglarse de más ni tampoco subir selfies en tus redes sino una lacra política (y personal) que destruye cualquier vestigio de empatía con los demás. En política eso te puede llevar al poder, pero al rato a las mazmorras.

9.- Egolatría no es un juego de mesa sino el camino directo y sin escalas hacia el basurero de la historia política.

10.- La que usted se sepa, lectora-lector.

De nada, Adán Augusto López Hernández, don Señor de los Servicios Profesionales y La Barredora de su cuate el policía malo; de nada, Gerardo Fernández Noroña, don Padrino de los Aviones Tepoztecos; y de nada Andy El Japonés, nuestro jovenazo heredero, presunto coleccionista de bolitas Kusama de a medio millón de pesos.

Al fondo

Dijo ella, de manera rotunda, enfática, el domingo pasado, recordando las muchas vidas priistas:

Presidentes rodeados de lujos, gobiernos alejados de la gente, fortunas construidas al amparo del poder público. Pero eso se acabó, porque en este México nuevo, la honestidad no es la excepción, es la regla. Y quien traicione al pueblo, quien robe al pueblo, enfrentará la justicia”.

De inmediato busqué el rostro de Adán Augusto, pero no lo pude observar. ¿Se habrá dado por aludido? Lo dudo, tiene el gen cínico del priismo que lo educó y del morenismo ultraconservador donde se consagró.

Luego la Presidenta remató ante decenas de miles de personas congregadas en el Zócalo:

“El poder no es para enriquecerse, es para servir con humildad”.

Traté de verle el semblante a Andrés Manuel López Beltrán y a Gerardo Fernández Noroña, pero me fue imposible.

- ¿Se habrán puesto el saco? -le pregunté a una querida amiga obradorista de súper hueso colorado pero que no es incondicional, es una mujer que critica duro.

- ¡Qué va! Les valió puritita madre, son unos cinicazos.

Creo que sí, porque luego vino, horas y días después, lo del avioncito que rentó uno, y lo de la serigrafía que adquirió el otro, sin importarles para nada la medianía que exige su movimiento.

Ojalá Claudia Sheinbaum pudiera liberar a su raza política de gente así, y muy pronto, porque si no lo logra, estos escándalos (y otros que ya sabemos, como Segalmex con Ignacio Ovalle impune), más los que se sumen, serán las primeras semillas de donde empezará a germinar la larga y lenta caída de la 4T, idéntica a la del PRI, lo cual abrirá espacios para nuevos Calderones, nuevos Peña Nieto, o peor, emergerán personajes impresentables como Mr. Taxes Salinas Pliego.

jp.becerra.acosta.m@gmail.com

Twitter: @jpbecerraacosta

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