En enero de 2025, OpenAI presentó su primer agente llamado Operator. Los agentes de inteligencia artificial son una nueva generación de herramientas diseñadas para automatizar tareas complejas en la web de manera autónoma; interactúan con botones, imágenes, formularios y otros elementos, como lo haría un ser humano.
Para entenderlo mejor, imagina que tienes un hijo adolescente muy inteligente y versado en cuestiones digitales, el cual sabe mucho sobre programación y las nuevas tendencias tecnológicas, así como utilizar todo tipo de herramientas, aplicaciones y redes sociales. Ahora, imagina que lo tienes a tu disposición 24 horas al día para que te ayude a realizar desde tu computadora cualquier tarea que necesites.
Posiblemente, te podría apoyar a comparar precios, encontrar las mejores opciones y hacer compras inteligentes, llenar cualquier tedioso formulario, buscar vuelos y reservar hoteles para tus siguientes vacaciones o viajes de trabajo, organizar tu calendario, contestar impecablemente los correos y mensajes de tus clientes o equipos de trabajo, diseñar un logotipo para tu nueva idea de negocio, crear su página web y lanzar campañas de publicidad que vendan todos los días, hacer un video emotivo con las mejores fotografías de tu teléfono, escribirte un resumen sobre las noticias más importantes del día, hacer un curso en video del tema que más te interese, crear contenidos y publicar en tus redes sociales para que sobresalgan, aconsejarte sobre temas contables y legales, y hasta realizar tus pagos de forma segura.
Todo eso y mucho más lo puede hacer ahora un agente de inteligencia artificial.
Naturalmente, uno de los primeros pensamientos que tendremos la mayoría sobre esta nueva tecnología es una preocupación sobre la seguridad de los activos e información en nuestras computadoras personales. Sin embargo, es pertinente mencionar que su desarrollo ha puesto en primer lugar este tema; se trata de herramientas que han sido diseñadas con estrictos protocolos de seguridad, utilizando encriptación avanzada y acceso limitado a información solo cuando es estrictamente necesario para realizar tareas específicas. Aun así, por supuesto que siempre hay riesgos, por lo que su uso, sobre todo en este primer periodo de experimentación, debería ser cuidadoso.
Ahora, desde una perspectiva más amplia, lo que significa la introducción de estos innovadores desarrollos conlleva una profundidad inédita. Lo explico a continuación.
La fusión entre actividades humanas y algoritmos digitales ha sido inevitable. Con la evolución del internet, atestiguamos cómo gran parte de las personas comenzamos a destinar más tiempo de nuestra atención diaria a una pantalla que al resto del entorno; el promedio de uso de internet al día en los países desarrollados supera las 7 horas. Más recientemente, con la inteligencia artificial, el reino de la ciencia y la filosofía dejó de ser alimentado únicamente por ideas humanas; ahora es complementado fuertemente por las aportaciones de los modelos largos de lenguaje de la I.A. Consecuentemente, uno de los pocos rubros que aún mantenían una participación puramente humana eran las relaciones personales; sin embargo, con la llegada de los agentes, esto va a cambiar para siempre. En un futuro muy cercano, será más sencillo relacionarse con entes digitales que con otras personas, incluso estarán diseñados para ello.
En última instancia, los agentes de inteligencia artificial no solo redefinirán nuestras tareas cotidianas, sino también cómo entendemos el concepto de conexión y colaboración. La clave estará en aprender a integrarlos de forma consciente, tomando decisiones informadas sobre qué dejamos en manos de la tecnología y qué preservamos como humanos. Después de todo, el futuro está en nuestras manos.
Profesor de Creatividad y Etología Económica en el sistema UP/IPADE
