El circo de Trump no se detendrá. Nos quedan cuatro largos años para ver sus locuras que someten a la razón y erosionan el orden mundial. La mente de Trump vive en el pasado, en un tiempo donde el imperialismo de Estados Unidos sometía a las naciones. Era el país más poderoso, pero el mundo ha cambiado, el surgimiento de nuevas economías debilita el poderío norteamericano al extremo de que sus medidas arancelarias terminarán, irremediablemente, por dañar la economía de aquella nación.
En México un sector reducido, encabezado por la dislocada y casi extinta oposición, espera que le vaya mal al gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum por ello han encontrado en el ataque de Trump una oportunidad para regresar al poder, no por el apoyo mayoritario de la sociedad si no debido al impulso de las medidas del presidente norteamericano. Aquel grupo es capaz de vulnerar nuestra soberanía en favor de sus ambiciones. Tal vez esperan que la bandera de los Estados Unidos ondee de nueva cuenta en Palacio Nacional como sucedió en 1847. Se quedarán sentados esperando porque los tiempos históricos son diferentes.
La realidad, irremediablemente, termina por alcanzarnos. Sabíamos a lo que venía Trump. Su pausa a los aranceles demostró que él no bajará el ritmo de sus locuras, la única forma que lo hará será cuando la presión internacional responda a sus políticas y esto termine por dañar el bolsillo de los norteamericanos.
Las políticas arancelarias si dañarán a la economía mundial, pero también a Estados Unidos.
Las políticas arancelarias serán la oportunidad para que China se convierta en el principal eje comercial para entablar acuerdos con las naciones afectadas por Trump.
Llegará un punto que las locuras de Trump fragmenten al bloque Republicano que no es homogéneo y tiene una mayoría que no es amplia, es frágil. Cuando el electorado afectado por las políticas de trumpistas exija a sus legisladores soluciones se desmoronará la aparente unidad.
La oportunidad la tiene la Presidenta Claudia Sheinbaum, ha demostrado inteligencia y cautela al negociar con Trump. El domingo ante un Zócalo, que seguro estará pletórico, tendrá que defender la soberanía con una propuesta sólida de aplicación de aranceles a los Estados Unidos; con la construcción de un bloque económico con América Latina, Europa y Asia; es la posibilidad de dejar claro que se persigue al crimen organizado y que se está dando un cambio de estrategia en el combate al narcotráfico.
El mensaje que dé la Presidenta tiene que enmarcar la unidad nacional en torno a la defensa de la soberanía nacional; exponer la mezquindad política de la derecha que aspira al retorno de un Maximiliano que rescate su proyecto el cual cada día tiene menos respaldo entre la ciudadanía; decisiones que fortalezcan su liderazgo internacional y así se genere la posibilidad de formar nuevos bloques económicos; y una postura fuerte que responda a Trump y dañe la base electoral del Partido Republicano.
La historia no espera y la postura que tomemos será el lugar que asumiremos en el futuro. Es momento de cerrar filas con la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo que se enfrenta a un conflicto de la misma dimensión al que vivió el General Lázaro Cárdenas. La unidad significa defender nuestra historia y honrar a millones de mexicanas y mexicanos que han construido nuestra patria. Tenemos la posibilidad de escribir un capítulo que honre nuestra tradición diplomática y que se destaque por la defensa de la soberanía.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…