El proceso de sucesión del nuevo Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México despertó gran interés entre la sociedad. El tema central era escoger a una persona con la fuerza para defender la autonomía de la Universidad; esto ante el ataque constante que sufren los organismos autónomos por parte de la mal llamada 4T.
Se rescata que después de meses de especulación y de la participación activa de la comunidad universitaria se logró cuidar el proceso de los intereses ajenos. La discusión extensa que tuvo la Junta de Gobierno demuestra que hubo buenos perfiles y proyectos que contaron con el apoyo de amplios sectores de la Universidad.
Al final del proceso fue elegido el Dr. Leonardo Lomelí Vanegas, quien tiene un gran reto de cara al futuro. Su experiencia como Secretario General de la UNAM y Director de la Facultad de Economía demuestran que tiene la capacidad administrativa para hacerle frente a los desafíos con que se enfrentará durante su gestión; para ello es indispensable que forme un equipo con juventud y experiencia, nuestra Universidad necesita nutrirse de las nuevas generaciones. Por otra parte, resulta indispensable que el nuevo Rector sume a su equipo a quienes llegaron a la recta final, en especial, me parece, ayudaría mucho la presencia del Dr. Raúl Contreras Bustamante, Director de la Facultad de Derecho. Nuestra Universidad dará en los próximos años una batalla por la defensa de la autonomía y se tendrá que hacer desde la legalidad. A medida que el Rector arme un equipo plural y heterogéneo fortalecerá su proyecto.
Nuestra Universidad es baluarte de democracia y autonomía; escudo ante cualquier intento de retroceso; cuna de la ciencia y la tecnología; espacio de tolerancia y pluralidad; semillero de las mentas más brillantes que ha tenido nuestra nación; lugar donde la historia dialoga con el futuro y donde la cultura asume su justa dimensión; espacio donde se mantiene vivo el sentido ético y de legalidad.
La UNAM es presente y deseamos sea futuro, por ello debemos apostar por un proyecto que converse con la realidad de México –con riesgos antidemocráticos y totalitarios-; donde las instituciones, construidas a través de una larga lucha historia, son atacadas y sometidas a un presidencialismo que sueña con regresar a los tiempos pasados; tiempo en que las decisiones fundamentales son tomadas por improvisados; una realidad donde el Estado de derecho se encuentra flagelado y la legalidad desvanecida. Con este tiempo tendrá que convivir la Universidad los próximos años; y su fortaleza será la ciencia, la tecnología y la cultura, las tres desdeñadas por el gobierno, y en las cuales el Dr. Lomelí tendrá que concentrar sus fuerzas; en especial en la cultura. El área de cultura de nuestra universidad necesita un impulso mayor; tendrá que volver a ser dinámica y tener interacción con México; recobrar la fuerza que tenía cuando lo mismo incluían a Rosario Castellanos que a Octavio Paz. La cultura tiene que ser vista no como una cuestión de género sino de pluralidad. Que todo creador tenga un espacio abierto. Es necesario activar las cátedras José Emilio Pacheco o Carlos Fuentes, su presencia debe de rebasar las redes sociales.
El proyecto del Dr. Lomelí debe de tener como fundamento la pluralidad y el entendimiento de la historia, materia que él conoce mejor que nadie, pero también en la ciencia, la tecnología y, sobre todo, la cultura.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…