Explicar la relatividad del tiempo, que estudió Albert Einstein, se puede hacer pensando en el año 2024 donde el tiempo duró menos debido a la cantidad de eventos que vivimos. Los días fueron vertiginosos y han dejado sin descanso al ciudadano que al abrir su dispositivo móvil veía una nueva noticia que hacia olvidar a la del día anterior.
Hechos lejanos parecen el balazo que rozó la oreja de Trump, el triunfo de Claudia Sheinbaum, la Guerra en Medio Oriente, la situación política en Rusia, las inundaciones en Valencia, el auge de la extrema derecha en Europa, la elección en Venezuela, el avance acelerado de la Inteligencia Artificial y la reapertura de Notre Dame.
Hemos vivido un tiempo sin descanso y necesitamos un respiro, el cual únicamente nos puede ser otorgado por la literatura, por ello en mis próximas columnas hablaré de libros y autores. Mientras la literatura continúe entre nosotros habrá la seguridad de que la imaginación permanecerá nutrida y tendremos la capacidad de recuperar la ilusión de un futuro con progreso compartido.
Recientemente New York Times nombró entre los diez mejores libros del año a la novela You Dreamed of Empires (Tu sueño imperios han sido) de Álvaro Enrigue, connotado escritor mexicano que ha conformado una literatura que se encuentra en permanente debate con los tiempos y sus múltiples capas superpuestas en las cuales se guarda el silencio del pasado.
Enrigue explora a través de su novela unas horas del pensamiento de Moctezuma, principalmente, y Hernán Cortés después de su encuentro. Choque cultural que ambos no supieron transformaría la historia de la humanidad.
La originalidad del escritor se encuentra en dos aspectos: el rescate del lenguaje donde se respeta la forma y el sonido de los nombres y los elementos del mundo mexica; y el papel principal que se le da a la figura de Moctezuma frente a la siempre seductora imagen del conquistador.
Las imágenes de la novela permiten que el lector, reconstruya, el Imperio mexica: “Extendió un brazo y dibujó un largo círculo que abarcaba todo lo que veían. Mira la ciudad, dijo, mira cuántos somos nosotros; mira qué modesto el palacio que allá abajo nos parecía grande; nota el trazo, por favor: no hay por dónde salir si levantan los puentes, y los van a levantar cuando toquen los tambores en ese templo –señaló el de Ehécatl–; una ciudad como esta no se alza
siendo buenas personas con los forasteros y todavía no está claro si somos visitantes o prisioneros.”
Tu sueño imperios han sido le da voz a Malinalli y a la princesa Atotoxtli y al hacerlo reivindica el papel de las mujeres en la Conquista, porque no solo fueron dueñas de las palabras sino también sus decisiones tuvieron un peso invaluable: “La emperatriz sonrió, relajó los hombros. La traductora pensó que de verdad sabía hacer política: tenía un control tan absoluto de sus gestos que casi se los creía”; a esto habría que agregar el desafío histórico del autor –informado en estudios recientes que dan un nuevo contexto de los hechos–, que lo mencionaré mediante dos interrogantes para que el querido lector encuentre las preguntas en la novela: ¿Quién fue el verdadero asesino de Moctezuma? ¿Qué hubiera sucedido si el Emperador detiene y asesina a Cortés?
Álvaro Enrigue nos recuerda, con su novela, lo vigente que sigue ese pasado lleno de interrogantes que la historia nunca logrará cubrir y solo la literatura puede presentar a través de la pluralidad de respuestas de ese tiempo que sigue formando parte de nuestro presente cambiante y problemático.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…