Desde su fundación en 2005, YouTube es tal vez la mayor plataforma dedicada a compartir videos de toda índole, presentar trabajos amateurs copiados desde un celular y tener a disponibilidad del usuario un gran archivo de variados temas como películas, documentales y videoclips musicales, entre otras posibilidades ilimitadas.

Por su parte, TikTok, plataforma creada en 2016, es la forma de adicción china corta (de pocos segundos) conocida también como Douyin. Ambas redes sociales se han apoderado de los celulares de los usuarios, que parece que ya no tienen vida propia. La mayor cantidad de tonterías (casi todas desorientadoras, de pésimos chistes y mal gusto a granel) están en esta plataforma China y funcionan como oficina de cantidad de Don Nadies, “influencers”, metiches profesionales y gente que parece que no fue a la escuela en un andamiaje que homenajea las tonterías y “aplicaciones” chistosas que duran un suspiro. Su adicción es interminable, como el fentanilo.

YouTube, por su parte, es una empresa que por la realidad en que se mueve, ha forjado toda una generación de simuladores, “líderes” de opinión de cuarta; “expertos” en noticias tendenciosas, comunicólogos, líderes de opinión patito, opinólogos en comida chatarra y gastronomía extrema; buscadores de sensaciones exageradas y degustadores de grasas en cualquiera de sus modalidades: tacos, hamburguesas, hot dogs, tortas descomunales y mariscos, entre otras garnachas callejeras.

Estos señores que creen que tienen el destino de comensales intrépidos, se pasean por lugares estratégicos de Tepito y el Primer Cuadro, detectando taquerías, pulcatas de abolengo, torterías, restaurantes buffet y todo lo que les sirva para sus recomendaciones de garnacheros con status, la mayoría sin producción y con recursos mínimos.

Así, de no ser prácticamente nadie, ahora son rutilantes estrellas de la comida nacional e internacional porque, ya se sabe, lo más fácil es recomendar comida.

Otros han optado por volverse investigadores de crímenes verdaderos mexicanos, como el Criminalista Nocturno y buscadores de casos famosos de la nota roja nacional, que van desde lo más escandaloso (los Narcosatánicos, la Mataviejitas, Goyo Cárdenas, que ha sido muy maltratado por la historia; faltando los sonados casos de El Caníbal de la Guerrero, El Mata-Putos, el caso del depredador de Monterrey, Diego Santoscoy) hasta el mapa de la criminalidad extrema en CDMX.

En torno a lo político risible, Tik Tok y YouTube también se han vuelto el consultorio gratuito para, a base de jugos mágicos de frutas, limpiar el hígado, riñones, excusados y demás donde, a la menor provocación, Luismi puede cantar o Javier Alatorre tirase a matar por los actuales y polémicos libros de texto gratuitos. Qué mundo.

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