La escena del rock mexicano será recordada, en parte, por un álbum de tres discos (editado originalmente por Discos Prisma) y producido en su momento, por el entusiasta productor mexicano Jorge Álvarez Astudillo, que logró reunir en 1981 a muchos grupos nacionales de variados estilos, incluidos en un triple que contenía una edición a color y que daba buena cuenta de los concursos que imperaron en determinado momento: Rock en debate, Concurso de composición del Museo del Chopo, Segundo concurso de nuevos valores del rock nacional, grabados originalmente entre los meses de enero de 1980 y enero de 1981, con su fe de bautismo sonoro, que se llevó a cabo en el entonces hotel Fiesta Palace, de Reforma.
Nadie recuerda con fidelidad el tiraje inicial, que debió ser de unos mil ejemplares, descontando los que se les dieron a los grupos por su participación y los que se destinaron a algunos periodistas especializados expertos de rock mexicano, latino, progresivo, y otros géneros más. Su distribución la hizo en ese entonces Discotecas Tepito. Algunos acaparadores de nostalgia rara acumularon algunos ejemplares para que, al paso del tiempo, costaran más entre el gremio de incipientes coleccionistas del rock mexicano, hasta que se les perdió la pista.
Claro que no faltó el que, años después, sacara una edición apócrifa en impresión de Compact-Disc, con créditos a Antonio Malacara Palacios, Arturo Castelazo, Héctor Madera Ferrón, José Luis Pluma, Arnulfo Flores y otros. Algunos que participaron en la grabación fueron: Coatlicue, Down Fillet, Himber Ocampo & Ricardo Burton, Mistus, La Biblia, Anchorage, Size, Ramsés, Contrastes, Sacudobotas, Tarot, Rebel’d Punk, Rock Moviloy, Contrastes, Malinche Band y otros más.
Algunos especialistas escribieron en su momento del álbum que, como tiraje inicial de unos mil, despareció del mapa y sólo quedan por ahí algunos en ediciones piratas de CD, que se pueden conseguir preguntando, o con los que se sienten dueños del rock mexicano y hasta montan exposiciones de portadas sin contexto, para ingenuos y poco conocedores. De los grupos escogidos para el triple original, prácticamente ya no queda nadie, ni siquiera los que piden clemencia para tocar en Radio Chopo, el espacio sabatino del tianguis cultural. Nadie, ni supuestamente los especialistas, se acuerdan de ellos, ya mero ni en sus cinco minutos de fama efímera, y miren que algunos temas no estaban nada mal para el momento.
Que se sepa por fuentes fidedignas, no se consiguen ejemplares de esta rareza, como de muchas otras de tirajes mínimos que no están registradas ni supuestamente en los libros dedicados a la investigación de nuestro rock, lo cual es una lástima porque se trata a fin de cuentas de historia y cultura de nuestro rock. Habría que preguntarle al “Niño Héroe del Rock”, Ricardo Bravo, si está en la fonoteca nacional, o por lo menos, la información necesaria de donde quedaron esos grupos pioneros y poco reconocidos.