Las cosas más raras o impensables siempre suceden en México, y más tratándose de rock. Así lo prueba el caso de Juan Rafael Moro Ávila, presunto asesino del periodista Manuel Buendía (cosa que nunca se le pudo comprobar, por lo que pasó 19 años en la cárcel y luego puesto en libertad con el clásico: “Usted perdone”).
Moro Ávila, el “Serpico mexicano”, descendiente de Manuel Ávila Camacho, luchó por años contra un cuatro que le puso el procurador Ignacio Morales Lechuga (por mandato de Miguel de la Madrid), fue sargento según su currículo, en la Dirección Federal de Seguridad, después capitán y luego mayor.
También fue actor y stuntman doblando a Rosa Gloria Chagoyán en La guerrera vengadora. Su récord en las filmaciones como recio actor fue de 32 películas.
En el ámbito de lo deportivo, fue campeón nacional de motociclismo, karate, judo, natación y también fue y es piloto aviador. Pero lo que más lo distinguió fue haber sido comandante de un grupo de élite de la DFS, temible con las bandas de secuestradores.
Una vez instalado en Reno (Reclusorio Norte) y siendo fanático del rock mexicano, se perfiló para ser el primer promotor del rock en la cárcel y no sólo eso, sino que propulsó dentro de chirona a su grupo Asociación Delictuosa, mientras sus abogados seguían tratando de sacarlo de ese lugar, donde nunca probó “El rancho”.
Siempre le mandaban comida de su casa, lo que demuestra que sí pesaba su apellido.
Entre los meses de octubre y noviembre de 1991, armó un estudio portátil de grabación e hizo un directo con: Army (teclados y voz); Sergio Mancera, El Cóndor (guitarra); Charly Hauptvoguel (batería); Joe Rivera (bajo) y Pedro Encinas (piano, sax y coros).
Su sello fue AD Records. Sobra decir que es un disco de rock nacional difícil de conseguir.
Se presume que en su carrera de rockero grabó seis discos.
Mientras estuvo guardado, se dice que hasta tenía un jacuzzi.
Por mi banda, agrega, desfilaron personajes como el inventor, dicen, del rock mexicano, Javier Bátiz y Mariano Soto, que, como El Charly y El Cóndor, formaron parte del original Three Souls.
El disco que se conoce en versión de compacto está dedicado a Manuel Buendía Téllez Girón y contiene los temas “Celda fría”, “Yo no sé de qué te quejas”, “Rock de la cárcel”, “Lo difícil del rock”, “El boleto”, “Asociación delictuosa”, “Voy a triunfar”, “Acostumbrado a mi libertad”, “Aferrados a morir” y “Hey Joe”, con producción ejecutiva de Martha Adriana Ávila Camacho.
En el Reclu él fue producer man de los eventos por los que desfilaron Alejandra Guzmán, Yuri y Laureano Brizuela.
Con lo que ganaba, montó un estudio de producción en Reno.
Sin embargo, el fantasma de Buendía lo perseguía, más ahora en tiempo de redes sociales, aparte del documental que pasa en Netflix.
“Querían fabricar un culpable y me señalaron. Sólo puedo decir que ese 30 de mayo de 1984, yo no jalé el gatillo. Eso lo debe saber bien José Antonio Zorrilla, director de la DFS. Bueno hasta salió el membrete de la CIA, como involucrados en el asesinato de la llamada “Operación noticia”, en donde se acotó a El Chocorrol o El Negro, como la persona que le disparó al periodista.