Hace nueve años la directora Amy Berg decidió remover y ordenar el más sonado caso de asesinatos sin resolver, iniciado en 1996 con el primer documental de Joe Berlinger y Bruce Sinofsky producido por HBO. Su título, Paradise Lost (que trata sobre el asesinato de tres pequeños de ocho años en el paraje de Robin Hood Hills, de la ciudad del estado de Arkansas). Tal fue el éxito que se fue a tres partes con “Revelaciones” y “Purgatorio”.

El resultado es el capitalizador filme: West of Memphis (2012).

Berg toma el caso de los tres adolescentes que fueron encarcelados durante 18 años por un crimen que no cometieron y una investigación oscura y tendenciosa de la que se quejaron en su momento el director de El Señor de los Anillos y el último aullido Beatle (Let it be, próxima a estrenarse) Peter Jackson; el inclasificable Johnny Deep, quien reinventó a Ed Wood y el cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder.

Un grueso de la población estadounidense que siguió el caso y muchos fans de Metallica que intervino en parte del sound track, se unieron a la defensa de los tres de Memphis: Damien Echols, Jason Baldwin y Jessie Misskelly Jr; zarandeados, abusados en su derechos y castigados por el más inquisidor y retrógrada estado americano en materia de aplicación de la ley.

El trío acusado de asesinar a los niños en un montaje de “ritual satánico” vio echada su suerte.

Sin embargo, en julio de 2007 se presentaron nuevas evidencias forenses y entró al juego legal el ADN. Los tres de Memphis llegaron a un acuerdo con la fiscalía, acogiéndose a la doctrina Alford en el año 2011, afirmando su condición de inocentes, pero admitiendo que sus acusadores tenían suficiente material para condenarlos. Fueron puestos en libertad, pero no resarcidos económicamente.

Hoy, gracias al premiado documental de Amy Berg, se especula mediante pruebas de ADN, que los que mataron a los niños fueron Terry Hobbs, padrastro de uno de ellos (Steven Branch) con un historial de malos tratos y su amigo David Jacoby.

Como coparticipes de los crímenes también están Buddy Lucas y LG Hollingsworth. Dos tipos más: Billy Wayne Stewart y Bennie Guy, ofrecen niveles de detalles y verosimilitud de los asesinatos.

Para colmo, el juez Burnett, que llevaba el caso, desoyó varias situaciones, a conveniencia, y a muchos fiscales y magistrados de los implicados en la condena de los tres de Memphis les tembló la mano y otras cosas a la hora de la aplicación de la justicia y cortaron por lo sano, en lugar de hacer bien su trabajo.

De ahí el valor de estos documentales de true crimen, aunque en este caso los verdaderos criminales andan por ahí paseándose en completa libertad en Memphis, a pesar de las pruebas que pesan en su contra.

pepenavar60@gmail.com

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