Acaparador de la nota roja en cualquiera de sus variantes, seguidor de casos célebres de asesinos en serie mexicanos vueltos cine de culto, último héroe del videohome freak, e hijo del célebre villano Arturo Martínez, actor de la época dorada de nuestro cine, Miguel Marte es una combinación nacional fuera de serie, que ha reinventado un estilo de filmar avergonzado por los críticos exquisitos.
Donde haya un crimen fílmico de alta repercusión, él lo ha filmado. Sin miedo a la muerte, y al qué dirán ha rodado La Mataviejitas (best seller que sobrepasó el millón de copias), El Mataputos, El Caníbal de la Guerrero (partes 1 y 2); A qué te sabe la muerte: El Pozolero, El Asesino de Cumbres.
En el ámbito de la política Miguel ha filmado, entre otras: Bombazo en la colonia Roma, El EPR contra Pemex, Los machetes de Atenco y Se quebraron al candidato Colosio.
Para el narco también ha tenido tiempo.
Son famosas sus cintas: La Fortaleza de Tepito, Narcofosas, Brujas, narcos y judas, Yo maté al cardenal, Y tu mamá también es narca, Ejecutor de narcos y Miss narca.
Y, sin desdeñar modas juveniles, ha dirigido temas provocadores como: Emos contra darketos. Su currículo lo justifica como director, productor, escritor, actor, musicalizador, fotógrafo, editor y comercializador.
En la época de “Colosio” (2012), de Carlos Bolado, Marte reeditó el tema con Magnicidio: complot en Lomas Taurinas, que en el mundo bucanero fue un hito porque “había más balazos”.
Nada mal para un tipo innovador. También conocido como Ángel Sancho y Mercury Sánchez, Miguel, que ya dio el sesentazo, realizó el primer videohome de Mario Almada: En la línea de fuego.
Algo que puede mover a la risa pero que, sin embargo, es verdad, es que Miguel Marte inventó un formato insólito para el cine (el 4 mm), del que existe una cinta.
También batalló como los buenos (y ganó) en la mayoría de sus filmes, sin perder dinero con temas controversiales que no cualquiera aborda.
Tanto investigadores como fans se ocupan de sus videohomes de autor y de sus ideas para concretarlos en la pantalla y llevarlos a los maratones nocturnos de cine popular, del bien logrado, aunque con pocos recursos. Por otro lado, el streaming de plataformas como Claro Video, que tiene mucho de su filmografía, apuesta por él hasta en materia de ciencia ficción (los ovnis) con temas en los que trabaja desde hace tiempo.