El carismático líder sindical, Jimmy Riddle Hoffa, cabeza de los Teamsters, el sindicato de camioneros más poderoso de EU, perseguido por “La Rata Kennedy” (Bobby Kennedy, impuesto como fiscal general por su hermano John, baleado y muerto en Dallas el 22 de noviembre de 1963) desapareció el 30 de julio de 1975. El escenario fue el Machus Red Fox, un restaurante en Detroit.
En el estacionamiento del lugar fue el último lugar donde se le vio.
Desde entonces, mafiosos que ya le traían ganas salieron a la luz, en diferentes investigaciones del FBI, que dieron lugar a que Jimmy Hoffa formara parte de algunas teorías de la conspiración sobre su desaparición.
Los primeros en ser señalados como responsables de su desaparición fueron: Anthony Provenzano (Tony Pro) y Anthony Giacalone. Nada se les pudo probar.
Los federales siguieron insistiendo rastreando el fondo de algunos lagos de la frontera de EU y Canadá. Catearon muchas casas de Detroit, pero nunca encontraron evidencias de cuerpo de Hoffa. Algunos opinan que ve todos los partidos de los Gigantes de Nueva York gratis, ya que está enterrado bajo uno de los postes de gol del estadio.
Como sea, la muerte lo buscó por sus intentos de retomar el sindicato de los Teamsters y por viejas rencillas de honor y horarios puntuales con mafiosos que no estaban a su altura. La familia de Hoffa y el FBI le dieron carpetazo al asunto en 1982. Si uno busca cinematográficamente pistas de su desaparición, las primeras surgen en 1992 con la cinta de Danny DeVito Hoffa que, con argumento de David Mamet, recrea las últimas horas de Jimmy (Jack Nicholson), considerado por muchos como “símbolo viviente de la corrupción”.
Las segundas se basan en el reciente estreno de El Irlandés, de Martin Scorsese. En ambas cintas, balas de por medio, Hoffa (más popular que Elvis en los 50 y que Los Beatles en los 60) se va al cielo del infierno, previa incineración de su cuerpo. Jimmy muere rápida y efectivamente, igual que Drácula, en la novela de Stocker. En la película de Danny DeVito, al final se ve un camión alejarse que lleva el cuerpo de Hoffa, en su propio auto.
En la película de Scorsese, Frank Sheeran El Irlandés, amigo, mafioso y matón profesional (Robert de Niro), le da dos plomazos a su mentor, Jimmy (Al Pacino). Luego lo creman, con la pistola, y listo. Fácil y rápido, como fue su vida hasta que aparecieron los Kennedy y luego Nixon que, finalmente y una lana de por medio adelantada para su campaña, los pusieron en liberad… para morir.
Ambas cintas son fantásticas pero más la de Scorsese, que cierra el ciclo definitivo de películas acerca de la mafia y los mafiosos que las han vuelto de culto.
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