Ni las películas que valen la pena, ni las premiadas con los Globos de Oro, incluso las ganadoras del Oscar, como Nomandland, pueden con las preferencias de los desposeídos que no pueden pagar Netflix pero que, con el precio mínimo, pueden hacerse de cintas de pisa y corre, con los últimos estrenos de las plataformas, en donde lo de menos es tener un cierto bagaje cultural o saber de cine. De ahí el éxito de cualquier cosa.
Abundan y se venden cosas como el thriller Salvaje, con Russell Crowe; King Kong contra Godzilla, We die young, de lo que queda de Van Damme; Cherry, de estrés traumático al límite, The virtuoso, un thriller criminal con Anthony Hopkins; Pinocchio, en la búsqueda de la carne y el hueso; Army of dead, donde los muertos vivientes terminan en Las Vagas y, por supuesto, los títulos calientes de la Muestra de Cine.
Las series y miniseries que le están comiendo terreno a las películas, descollan, pero pocas ven el formato vendible, debido a su duración. Por eso los bucaneros buscan alternativas.
Cada semana sale el episodio en turno de Luis Miguel, serie telenovelera que no ha caído en la trampa de los interminables episodios de similares como José José o Juan Gabriel.
Las que no entran al juego son las interminables series de la colombiana Betty la fea, con sus 169 abusivos episodios y otros tantos cuando la protagonista, que nunca supo qué era una estética, ni unos pupilentes, se va a un actual Nueva York. Sin embargo, la que se vuela la barda, es la mexicana Falsa identidad, con Camila Sodi y Luis Ernesto Franco, un drama de cuarta, que se despacha con la cuchara grande: 171 infumables episodios en dos temporadas.
Con un simple aparato de DVD, o un Blu-ray que mejora la calidad de los DVD, un shopping de fin de semana, proporciona entretenimiento y dudosa diversión, por casi nada.
De los muchos lugares especializados que había en el barrio bravo, quedan unos cuatro que ofrecen un respiro fresco, así como una alternativa para ver ese otro cine (alternativo, independiente, de Muestra y de arriesgue, incluyendo notables series, documentales alucinantes y cine roquero en todas sus instancias) que no está en Netflix y plataformas similares.
