Miguel Marte, hijo del sin par villano del cine mexicano de la época de oro, Arturo Martínez, logró en el mundo del DVD legal un sonado campanazo al vender más de un millón de copias de las andanzas criminales de Juana Barraza Samperio. Los principales socios del llamado "Rey del Videohome" fueron los señores Shelminsky, propietarios de Zima Entertainment.
El ahora tan de moda "true crime" a la mexicana, que medio ha patinado con miniseries como "El Show: Crónica de un Asesinato (no resuelto)" y "La Narco Satánica (de mucho ruido y pocas nueces)", llega esta historia de la mujer vendedora de pepitas saladas, entre otras cosas, y aplicadora de llaves de lucha libre, que causó varias bajas en el gremio de las señoras de la tercera y cuarta edad.
Su apodo: "la Dama del Silencio".Ahora, en pleno 2023, María José Cuevas, hija del prestigiado dibujante y pintor José Luis Cuevas, retoma el sonado caso de la asesina en serie en un documental de casi dos horas, donde interviene la propia asesina y figura del pancracio de la tercera división, apodada "La Dama del Silencio", responsable de una oleada de asesinatos contra viejitas indefensas.
La que también dirigió el espléndido documental "Bellas de Noche (2016)" donde cuentan sus verdades las añoradas vedetonas Lynn May, Olga Breskin, Rossy Mendoza, La Princesa Yamal y Wenda Seux, arma un buen documental, estrenado en Netflix apenas este jueves, con algunas revelaciones, personajes peculiares, don nadies profesionales, luchadoras desconocidas y algo de humor involuntario por parte de nuestras autoridades policiales del momento.
La investigación a la mexicana incluye a la forense Patricia Payán, dos periodistas (¿?) "Tigres Blancos" mandones, policías premiados con dinero y departamentos por andar patrullando en el momento de la captura de Juana; políticos que sí saben del caso como el subprocurador Renato Sales; improvisados y despistados como su ex jefe, El Procurador, Bernardo Batiz. Formalmente no hay, lo que se dice, aparato crítico, tampoco hay referencia a los libros escritos por Víctor Ronquillo ("Ruda del Corazón: El Blues de la Mataviejitas", editorial Planeta) y el de Martín Gabriel Barrón Cruz ("El Nudo del Silencio, Tras la pista de una asesina en serie: La Mataviejitas", Editorial Océano).
Y aun así, el documental está mucho mejor que el de Paco Stanley y el de Sara Aldrete, "La Narco satánica".El documental está, por otro lado, lleno de curiosidades como el autógrafo que la asesina le concedió a Patricia Payán, el encierro de ya casi 20 años de la otra "Mata Viejitas", Araceli Vázquez García, las escenas coreografiadas del pancracio de la miniarena San Juan; la sentencia de 759 años por el conteo de 16 homicidios cometidos en la década de los años noventa, así como 12 robos a casa habitación, con lo que no está de acuerdo la acusada.
Las creadoras del documental tuvieron acceso a los archivos judiciales del caso, videos y fotos inéditas que parece que ni conoció la acusada y sentenciada, pero que están presentes en el documental de persecución implacable por años, de la mujer que aplicaba con tino llaves de estrangulamiento.
En los 111 minutos que dura el documental, se explica la técnica de estrangulamiento llamada por su autora "El Nudo del Silencio", su culto –hasta tenía en su vivienda un altarcito— a la Santa Muerte, una figura de Jesús Malverde y otros objetos de memorabilia personal muy apreciados por coleccionistas desviados, que no han aparecido en el dominguero mercado de La Lagunilla. También hay un pequeño plus con estrellas del asesinato en serie como Ted Bundy, John Wayne Gacy, Richard Ramírez y Jeffrey Dahmer. ¿Se puede pedir más?