Esta semana en las oficinas de Universal Music se llevó a cabo la sesión de escucha de los 50 Años de Abbey Road, mientras que en el mundo ya circula la versión cuádruple de cuatro discos compactos del mismo icónico álbum, reconstruido por la disquera BFB, que incluye el disco original como tal, más sus sesiones alternas, ensayos generales en los afamados estudios y una colección increíble de rarities en cuatro discos, más su booklete. El sonido es impresionante como su precio en el mercado alterno beatle. En los tres álbumes de vinil (edición en foto disco), metió mano el hijo de George Martin que, según muchos fans de los de Liverpool, le encanta dar gato por liebre.
En versión importada de vinil de 180 gramos, también ya está disponible la edición del 25th Anniversary, del Division Bell de Pink Floyd, el grupo inglés de progre más despiadado con el bolsillo de sus fans, y más que ahora se trata de una edición de dos long plays en estampación de vinilo azul pesado. Su sonido ha sido extraído, corregido, aumentado y remasterizado de las cintas análogas originales. Por eso dicen que vale lo que cuesta. Los responsables del sonido son: James Guthrie, Joel plante y Doug Sax.
No tocan tanto pero, igual, nadie se acaba enterando ni con las malditas-benditas redes sociales. Sin embargo, los fans de La Barranca, seguramente ya estarán enterados de del lanzamiento en vinil importado del “Tempestad”, manufacturado en Alemania, para Sony Music, que ha repartido las muestras necesarias para esta edición doble que incluye tres bonus en uno de sus lados: Chan Chan, Día Negro (Siniestro Mix) y la misma rola en versión jazz club mix. Vale la pena porque el sonido del vinil marca la diferencia.
En la serie de estrenos documentales que nunca promociona Netflix, Clive Davies: the soundtrack of our lives es imperdible por todo el cúmulo de sabiduría musical dentro de la industria discográfica.
El documental dirigido por Chris Parker (el del documental sobre George Foreman) es un viaje mágico y misterioso sobre el inicio y posterior desarrollo del negocio que, hace años, vendía emociones, sin acercarse nunca a la basura musical que prevalece hasta nuestros días.
Davies, que no estudió para eso sino que se hizo un imprescindible, fascina por el mundo en que le tocó vivir y moldear musicalmente hablando. Él fue el responsable de la firma y desarrollo de gente como Janis Joplin, Simon & Garfunkel, Bruce Springsteen, Chicago, The Greateful Dead, Whitney Houston, Billy Joel, Barry Manilow, Steven Tyler, Aretha Franklin, Rod Stewart, L.A. Reid, Babyface y un largo etcétera.
Más de dos horas de verdadera lección musical.
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