Este miércoles se cumplieron 48 años del Festival de Rock (sin ruedas) de Avándaro, “nuestro Woodstock”, como diría Ricardo Ochoa, celebrado los días 11 y 12 de septiembre en Tenantongo, Valle de Bravo. Cada año, el ritual se repite con las mismas anécdotas contadas una y otra vez, con los organizadores de la Promotora Go S.A, (los hermanos Eduardo y Alonso López Negrete, Justino Compeán, Luis de Llano Macedo y Armando Molina) llevados al banquillo de los acusados para que, de una vez por todas, ya digan la verdad.
Esta colección de perlas cultivadas sobre el mítico festival en el que nadie se pone de acuerdo en la contabilidad de los asistentes (como 50 mil, 150 mil o ¡un millón!) y del que el organizador de los grupos, Armando Molina, de la Máquina del Sonido, ha mantenido la llama de las celebraciones anuales viva, hasta ahora, pone algunos puntos en relevancia para que sí quede huella.
1) Avándaro tuvo repercusión impresa en la mitológica revista criminal Alarma!, Alerta y también un especial, y en la Rolling Stone de la época, aparte de todos los diarios impresos y especiales del ¿Por qué?
2) La transmisión radial que puso fin al festival ocurrió cuando Ricardo Ochoa, De Peace & Love, prendido, gritó en pleno concierto: “Chin... a su madre el que no cante”. De ahí en adelante, el rock mexicano sufrió la peor castigada gubernamental en años y fue a dar al hoyo fonki.
3) Luis de Llano filmó todo el evento y luego dijo que el gobierno le había requisado las cintas de video (sí, como no). Su director de cámaras fue Carlos Alazraki y también cargaron con Jaime Almeida, conocedor y mitómano musical que años después presumía que él había sido uno de los organizadores de Avándaro.
4) Algunos periodistas roqueros que juraron que fueron a Avándaro no se ven por ningún lado en los documentales del evento. Dicen investigadores que sus papás no los dejaron ir.
5) La encuerada de Avándaro (Alma Rosa González López) nunca recibió una oportunidad en cine,
6) Mejor vea los documentales Avándaro, de Alfredo Gurrula, con las cámaras de Héctor Abadie, David Celestinos y Sergio García Michel. Avándaro, de Tres Tristes Tigres y su secuela: Avándaro 20 años después; Las Glorias de Avándaro y Bajo el Sol y frente a Dios.
7) Lo investigadores de más credibilidad fueron convocados al especial de Rock latino: los años setenta, que dan santo y seña del avandarazo en sus páginas, y un número de POP con reportaje de Carlos Baca.
8) Existe una docena de discos compactos recopilatorios y un álbum doble de vinilo, que sacó Polydor. Incluso hay una versión didáctica del festival, narrada por Armando Molina.
9) En el orden de los libros son recomendables del fenómeno: Días de guardar, de Carlos Monsiváis; Estremécete y rueda, de Federico Rubli; Guaraches de ante azul, de Federico Arana; Tragicomedia mexicana, de José Agustín; La ruta de la onda, de Parménides García Saldaña.
10) De los regresos insólitos, imposible no mencionar el de Víctor Manuel Alatorre, de Conecte, amarrado en la defensa de un coche y conectado a otros planetas.