Con el reciente estreno del documental de Netflix, Rompan todo, que “rescata” el rock latinoamericano según la argentinizada visión del todólogo Gustavo Santaolalla (que manda, dirige, actúa y se autoentrevista tras el parapeto de Picky Talarico), salen a relucir varias cosas.
Primero, olímpicamente se ignora, como en el caso de México, a figuras claves en las que el productor de Café Tacvba se hace pato.
Segundo: entre flagrantes omisiones, ¿dónde quedaron Jaime López, Cecilia Toussaint, Ely Guerra, Las Ultrasónicas; los pioneros roqueros mexicanos como Los Dugs Dugs, ¿pájaro Alberto, Enigma, La escena de Guadalajara (antes de Maná) con Los Spiders? Además, las circunstancias electrónicas nacionales (El queso sagrado, Decibel, las Pijamas a Go Go, El escuadrón del ritmo, Syntoma y muchos más) como el progre y el punk, brillan por su ausencia. Los “consultores históricos”: Klaudio Kleiman, Juan Carmona y Enrique Blanc fingen demencia con muchas figuras clave y, en el caso mexicano, llegan a niveles de grosería.
Ahora bien.
Los seis capítulos que integran el recuento Rompan todo no están tan tirados a la calle como los sobadísimos conductores: Alex Lora y un lamentable Javier Bátiz.
Por lo demás, pese a su abrumadora publicidad, parece uno más del montón. Eso sí: con mucha producción.
Y mientras la gente lo digiere por lo reiterativo, la disquera Sony Music México saca tres cartas de relevo generacional de nuestros rock: una antología con cuatros discos en versión de réplicas de los Dug Dugs con el homónimo, El Loco, Cambia y Smog.
Otro más recoge a la llamada “vieja guardia”: Pájaro Alberto y su conjunto Sacrosario (“Viaje fantástico”), completado con el legendario “Back” de los Spiders y uno de Enigma, sacado de la colección Ofensiva Pop de hace años.
Una tercera entrega, de muchas más que saldrán el año entrante, se compone de tres cedes Pa’ la Banda: “Prohibido”, de El Mastuerzo; uno de lo mejor de los muñecos de Texcoco: Tex Tex y uno más de Briseño y su Banda de Guerra.
Antologías compiladas por Erik García, que han superado las expectativas de ventas por sus precios sumamente accesibles, y que son además una lección para los acaparadores de los vinilos originales, quienes los ofrecen a precio de fuego lento.
Coda: el vivo de Santaolalla y algunos que dicen que el rock latinoamericano está “hibernando”, ya están fraguando la continuación.
¿Habrá justicia para muchos mexicanos que quedaron fuera a manos de consultores de tres pesos? Ya lo veremos.