Mientras Netflix abusa en el precio de una programación que tiene sus bemoles, a la hora de ofrecer calidad y originalidad en su menú de películas, series y documentales, Amazon Prime Video, al son de los 99 pesos, pone a la disposición del respetable no sólo buenas películas y catálogo de primera. Un rápido vistazo pone casi en una misma tesitura visual lo mismo al ídolo de Guamúchil que a John Wick.
Los Vaqueros de Dallas, los muertos que caminan, las aventuras de Jack Ryan, Chumel Torres (HBO), las guerras de las Galaxias, que aceptan sin explicación a gente de color; documentales de Hitler escapando según pruebas de ADN y series que no tuvieron la oportunidad en su momento álgido de streaming como Mr. Robot, Los Simuladores y las consultas del Dr. House, sin detenerse en ladrillos como Grey’s anatomy, están en Amazon.
Series que se recomiendan de boca en boca como Hunters y Chernobyl, lo mismo que la maratónica Game of trones e historias verdaderas como la de Muhammad Ali o la de Mike Tyson, versionado por Spike Lee.
A la oferta y la demanda entra el torbellino sonoro roquero de Rammstein y el despliegue de cine nacional desde Las Poquianchis hasta Rudo y Cursi, y más allá.
Vía Starplay, los fans de la magia extrema se pueden encontrar con Harry Houdini, en el drama histórico protagonizado por Adrien Brody.
Como no todo es perfecto para cualquier plataforma, están las infames películas de Will Smith, que son como las historias politiqueras baratas de Epigmenio Ibarra, que presume de conocer Tepito, desde un helicóptero.
Tarantinazos y Padrinos también son parte de la oferta de la plataforma.
Como es prácticamente ignorar al gremio de los superhéroes de capa caída de Marvel, hay algunos ejemplos antes del declive como Iron Man, el Capi America y el Dr. Strange, así como un cierto cenit en el terreno de la comedía como Two and a half men, una de las series más refrescantes y originales, que nunca se les ocurrieron a idiotas institucionales como Jerry Seinfeld.
Por otro lado, documentales y rockumentales se dan la mano, con la historia, lo insólito y lo extraordinario.
Incluidos están desde los Beatles, hasta el comercio sexual secreto de Irak, el nacimiento de Isis y pruebas de resistencia como Justin Bieber, testimonios del Patrón del Mal, Pablo Escobar, expuestos por su asesino. Bueno, hasta su majestad extraterrestre, Jaime Maussan, se suscribió para ver Being Taken, abducciones aparte.
En lo musical de trasfondo, no podían faltar el par de viejitos: Sabina y Serrat, que protagonizan entre conchas y chocolatito caliente El Símbolo y el Cuate, que se resguardan en la actualidad entre piedra y lodo contra el Covid-19. Hay también un repaso histórico a nuestra revolución y los conflictos de propiedad de la tierra con míticos personajes como Zapata y Villa y apéndices con los magnicidios mexicanos.
JFK y el narco en pleno, son y siguen siendo caldo de cultivo, a pesar de La Rosa de Guadalupe. Una nueva opción en streaming que vale la pena.
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