Con un peso de 180 gramos, se edita en su ahora marca de discos propios (Pink Floyd Records) el vinil de colección a 50 años de su memorable concierto en el estadio de Wembley, en 1974, cuando las cosas estaban apaciguadas, antes que sus integrantes se agarraran de la greña por motivos de regalías y guerra de egos. Durante este 2023 la odisea pinkfloydana arranca con compact disc en directo (realizado en el Wembley Pool, actualmente conocido como OVO) su correspondiente caso de vinilo, que se edita actualmente en este formato, dada su importancia como uno de los discos más icónicos de la historia de la música grabada. El disco rompió los récords de todos los tiempos, con 18 años y medio en semanas acumuladas en la lista de Billboard.
Para los coleccionistas que se cortan las venas por estos británicos, habrá un boxset de súper lujo con 12 artículos de colección: CD y LP en vivo con una remasterización realizada por James Guthrie y Joel Plante, que ha ido mucho más allá del sonido planteado inicialmente en alta resolución con estereo mixes remasterizados. Todo lo que los fans quisieran tener. Viene con un par de libros de regalo de 160 páginas del mejor Pink Floyd de todos los tiempos, que incluye los tours ingleses y norteamericanos y dos sencillos de siete pulgadas, con réplicas de la época del “Money” y el “Us and them”. Además, incluye una réplica invitación realizada en el Planetario Londinense, el 27 de febrero de 1973.
Sobra decir que todo es impresionante para los devotos que han encontrado visiones contradictorias entre los fallecidos Sid Barret y Richard Wright y los que conducen las carretadas de dinero, David Gilmour y Nick Mason contra su némesis: Roger Waters, que ni con los tribunales británicos han podido dirimir sus controversiales posiciones a la hora de contabilizar sus ganancias, bajo el imperio de los dividendos obtenidos a lo largo de su discografía en el ámbito del rock progresivo.
El logotipo del fenómeno de dispersión de la luz del álbum original ha sufrido un nuevo cambio en esta edición conmemorativa creada por Storm Thorgerson, de Hipgnosis. El pleito comenzó hace años y la contienda se ha hecho legendaria, ya que en juego están celos, millones en promoción y todo debe quedar en partes iguales. Pero la cosa no para ahí. Porque hasta la esposa de David Gilmour le sigue disparando tuits a Waters, al que califica como "misógino, ladrón, mentiroso e hipócrita".
La guerra comenzó desde el 84, cuando Waters anunció que dejaba al grupo. Los dardos venenosos de los demás integrantes hicieron blanco en el ego del bajista y se revelaron hechos poco conocidos con sus excompañeros. Cada quien ha expuesto sus razones en una contienda de nunca acabar, mientras nadie cede por más millones que estén en juego. A lo más de la grandeza que ha alcanzado Waters es al "The Wall", pero no llega ni a los talones del "Dark side of the moon". Así las cosas.