La nueva configuración del poder político en nuestro país, más que provenir de las urnas, fue mayoriteado por Morena y aliados, el 54% de sufragios recibidos, mediante imprecisa machincuepa, se convirtió en 74% de representatividad. Y de allí, a alcanzar la mayoría absoluta, nunca faltará un Yunes dispuesto a votar por  causas ajenas, “haciendo caso a su conciencia”. En adelante, Morena podrá hacer los cambios constitucionales que considere y quien infrinja la Constitución, ameritará las sanciones correspondientes.

Impávidos, presenciamos la desactivación del Poder Judicial, a cargo del ahora Suprapoder Ejecutivo y del ya sometido Poder Legislativo, lo cual significa que el presidente de la República ejercerá un mando inédito. Afirmar que el supremo pueblo sabio así lo decidió, es una falacia, el pueblo no entregó el poder absoluto a un determinado partido político, ni imaginó que se trastocaría el  equilibrio democrático. Acudiendo al  recurrente término utilizado por López Obrador: “gatopardismo”, en que todo cambia para seguir igual, con la Reforma aludida, la 4T nos remonta  a los más eximios tiempos del PRI. Es así como en palabras presidenciales “se consolida la primera etapa - ¿cuántas faltan?- de la Cuarta Transformación”.

En los próximos  días septembrinos, se intentará  eliminar o reestructurar los siguientes organismos:  INAI,  IFT, Cofece, CNH, CRE,  Coneval y el Mejoredu. Antier se aprobó  el reconocimiento a pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas. Asimismo se pugnará por aprobar la Reforma Electoral, eliminando los diputados plurinominales y disminuyendo gastos de campañas políticas, además de aprobar la Reforma Energética, reforzando el papel de la CFE como entidad estratégica. Se espera también la consolidación de la Guardia Nacional bajo control de la SEDENA.

Sorprendió la arenga final del sexto Grito de  López Obrador: “Viva la Cuarta Transformación”. El Grito va dirigido a todos los mexicanos, sin excepción, pro o contra el partido en el gobierno. Referirse a la consigna de un partido como si éste aglutinara a toda la población, más bien, corresponde a un régimen absolutista. ¿Qué nos hubiera parecido el eslogan del PAN “Unidos por un México mejor”?

La Reforma Judicial sacó a Ernesto Zedillo de su  alejamiento de los medios, mostrándose rotundamente en contra, argumentando que la Reforma representa un ataque directo contra la independencia judicial y contra la democracia, previniendo un control autoritario del sistema judicial por parte de Morena. Zedillo señaló que estas medidas son éticamente cuestionables y socavan los principios democráticos que costaron décadas construir, calificó el hecho como “felonía histórica” que podría convertir a la democracia en tiranía. López Obrador resaltó los puntos cuestionables de la gestión de Zedillo, desacréditandolo para opinar sobre la Reforma Judicial. El que Zedillo sea o no responsable de diversas situaciones, no le impide tener razones para criticar la aludida Reforma.

Reiteramos el riesgo económico que conlleva la Reforma Judicial, máxime en una coyuntura en que AMLO hereda el aumento de deuda más alto en la historia en números absolutos. El sexenio inició con deuda pública de aproximadamente 10.55 billones de pesos y la dejará sobre 17.15 billones de pesos, 6.6 billones de pesos por arriba de la deuda recibida, 51.2% del PIB.

Se confirma la imposibilidad de separar la política de la economía

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