Contundentes frases, que por sí mismas son un editorial:
"Una Nación está en peligro cuando su presidente habla todos los días y se cree la persona más importante de su país": Arturo Illía.
"El pueblo no necesita que su gobierno se queje y culpe a su antecesor. Es votado para que mejore la situación, por eso fue elegido, para dar soluciones": Eva Perón.
"Los presidentes no heredan problemas, se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir, para gobernar con el propósito de corregir esos problemas. Culpar a los predecesores es fácil y mediocre": Atribuido a Ángela Merkel.
"Aquel gobernante que regala cosas para que lo sigan, no es un líder, es un comerciante de la política": José -Pepe- Mújica.
"La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria": Voltaire.
El estilo personal de gobernar de Andrés Manuel López Obrador rompe cualquier molde. El Presidente habla todos los días en cadena nacional, marcando la agenda a seguir, denostando a los adversarios en turno, aduciendo ejercer su derecho de réplica, protestando por ser el mandatario más atacado desde tiempos de Madero, a la vez que trae a colación reiterados temas y nimiedades que le llegan a la cabeza, igual se refiere a Santa Ana -Su Alteza Serenísima-, a Juárez, a Lucas Alamán, a Porfirio Díaz, a Madero, a Flores Magón, a Cárdenas, a Fox y el frustrado intento de desafuero en su contra, y muy particularmente al presidente espurio Felipe Calderón y su inefable secretario de Seguridad, Genaro García Luna. AMLO suele tener datos distintos a los difundidos por fuentes especializadas, achacándole a sus antecesores haberle dejado un desbarajuste de gobierno y es que es difícil corregir en tan poco tiempo el chiquero heredado. Frase para la posteridad: “No hay más violencia, hay más homicidios”.
Desde un inicio AMLO se ha lanzado contra distintos organismos, algunos autónomos y otros contrapesos del gobierno, presentando propuestas para su desaparición o modificación, bloqueando nombramientos y reduciendo sensiblemente sus presupuestos. Es el caso de Conacyt, INE, INAI, SCJN, CRE, TEPJF, ASF, CJF, INEGI, CNH, IFT, COFECE, INEE, Coneval, Banxico. Asimismo, el Presidente ha mantenido una incesante pugna contra medios de comunicación, por él llamados medios de manipulación –destacando el Reforma y EL UNIVERSAL– y periodistas en particular –principalmente Loret de Mola, Ciro Gomez Leyva, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Jorge Ramos–, señalándolos de vendidos o alquilados, ventilando públicamente sus ficticios y exagerados ingresos y hasta el domicilio de alguno de ellos.
Esta semana, López Obrador dobló la apuesta, señalando directamente a la periodista María Amparo Casar, colaboradora cercana de Claudio X. González en Mexicanos Contra la Corrupción, organismo enemigo –no cabe el término adversario– del actual régimen. AMLO acusa a María Amparo por haber cobrado indebidamente durante 20 años una pensión de 125 mil pesos mensuales a Pemex, derivada de la muerte de su esposo, quien según parece, no murió accidentalmente, sino por suicidio. El Presidente de la República personalmente tras la señora Casar.
Culminamos el sexenio, confrontados, divididos en bloques, con navajas amarradas y entre rencores, próximos a acudir a las urnas, buscando acercarnos, unirnos, dejar de ser adversarios, aliarnos por México.