El 65 presidente constitucional de México es presidentA. Claudia Sheinbaum con licenciatura en Física, maestría y doctorado en Ingeniería Energética, inició su carrera política desde el año 2000, siempre vinculada a Andrés Manuel López Obrador, siendo secretaria del Medio Ambiente del D.F, delegada en Tlalpan y jefa de Gobierno de la CDMX, además de participar en la fundación de Morena.
Claudia Sheinbaum asumió el poder en un recinto pletórico de legisladores del partido hegemónico, como no se había visto desde el PRI de tiempos de López Portillo. La primera mandatariA ofreció gobernar para todas y todos –diciendo “todos”, quedan incluidas “todas”- y ojalá así sea, que no privilegie a sus seguidores denostando a sus opositores, sin enconos ni odio, sin burlas ni ofensas, sin adversarios que se convierten en enemigos. Claudia Sheinbaum reconoció el liderazgo y legado de AMLO, “el mejor presidente de México”, “líder histórico” del cual mantendrá lineamientos y principios, prosiguiendo la lucha contra la corrupción, defendiendo la justicia y la austeridad. Políticamente Claudia es hechura de López Obrador, con ella continuará la cuarta transformación, ahora bajo la versión de un segundo piso, sin embargo, la novel mandataria tendrá que brillar con luz propia, recordemos que “el hombre -la mujer- es él –es ella- y su circunstancia. Nos queda claro, Claudia no va a alterar su relación con López Obrador.
La presidentA ofrece mantener la economía popular, consolidar el IMSS-Bienestar, respetar la autonomía del Banco de México, impedir la condonación de impuestos y la evasión fiscal, continuar y ampliar los programas de Bienestar, apoyar a mujeres entre 60 y 64 años y a artesanas indígenas, otorgar becas para la educación básica y el programa Salud en tu Casa -contratando para tal efecto a 20 mil médicos y enfermeras-, fortalecer la educación media superior. Asimismo, Claudia Sheinbaum ofrece crear nuevos polos de bienestar y 100 nuevos parques industriales conformando con diversas cámaras y sectores empresariales el Consejo para el Desarrollo Nacional y la Relocalización. Igualmente, el salario mínimo se elevará a dos canastas básicas, la semana laboral llegará a 40 horas, se seguirá “fortaleciendo” a Pemex y a la CFE, continuará la recuperación y ampliación de trenes de pasajeros -hasta Guatemala-, se modernizarán y se construirán más carreteras, se harán nuevos aeropuertos, se fortalecerá a Mexicana de Aviación…
Cuantas promesas, pero ¿de dónde saldrán los recursos? El déficit fiscal 2024 representará 5.9 % del PIB, las obras emblemáticas de AMLO aun deben concluirse, para 2025 se requerirá una reforma fiscal -no se tiene contemplada-, la deuda pública podría seguir creciendo, se requerirá aumentar ingresos, bajar gastos y reducir la evasión tributaria. Urge revaluar el apuntalamiento de recursos a Pemex y a la CFE, probablemente tengan que recortar proyectos, retrasarlos y/o aceptar capital privado. Será necesario implementar reformas estructurales que permitan aumentar ingresos fiscales, sin frenar el crecimiento económico, recortar gastos y priorizar el uso de recursos. De no concretarse una reforma fiscal, habrá que contratar más deuda para afrontar gastos, lo que significaría mayor costo financiero.
Financiar programas sociales con dinero prestado debe acompañarse de un plan para generar ingresos adicionales o mejorar la eficiencia del gasto.
Suerte Claudia.