2025 se vislumbra como año crucial para México, en parte como consecuencia de las tajantes resoluciones implantadas a lo largo de 2024 por el partido en el poder, resultado de haberse arrogado la mayoría absoluta en el Congreso y en parte por las turbadoras amenazas vertidas contra nuestro país por el cabreado Donald Trump.

La reforma judicial por implantar seguramente creará incertidumbre entre los inversionistas inciertos de que sea afectada la estabilidad jurídica y la independencia judicial. En 102 escasos días, del 1 de septiembre al 11 de diciembre, los grupos parlamentarios de Morena y aliados, aprobaron 25 reformas: 16 constitucionales y 9 legales. El próximo 1 de junio en elecciones judiciales se elegirán 881 cargos de jueces, magistrados y ministros entre 5 mil 379 candidatos, con un presupuesto menor en 53% al solicitado por el INE, lo que obligará a reducir 57% de casillas planeadas, con 43% menos de capacitadores y 32% menos de supervisores. Independiente al presupuesto asignado, existen antecedentes para predecir que gran parte de los electos resultarán afines al régimen gobernante.

Finalizó el mandato de López Obrador con una tasa anual de crecimiento promedio de 0.85%, la más baja en los últimos seis sexenios. A noviembre 2024, el sector público registró un déficit presupuestal de un billón 153 mil 311 millones de pesos, repunte del 39.1% a tasa real anual, elevando el déficit público al 6.9%, pretendiendo -misión imposible- reducir dicho déficit en 2025 a tasas del 3.9 por ciento. En cuanto al tipo de cambio, el peso acumuló en 2024 una depreciación de 21.7% frente al dólar. La Bolsa Mexicana de Valores finalizó el año con cierre equivalente al de octubre 2023. De acuerdo al Centro de Investigación Económica y Empresarial -CEBR-, en 2025 México retrocederá tres lugares en el ranking de las mayores economías del mundo, pasando del sitio 12 al 15. Se estima que en el próximo quinquenio, nuestro PIB promedie un crecimiento de 1.8% anual.

En cuanto a los ominosos amagos de Trump, por supuesto que debe tomársele en serio, su retórica antimigrante advirtiendo el uso del ejército para las deportaciones: “No los quiero sentados en campamentos durante los próximos 20 años. Los quiero fuera del país y sus naciones tienen que aceptarlos de vuelta”, su amenaza de imponer 25% de aranceles a las importaciones de México, su advertencia de declarar organizaciones terroristas extranjeras a los cárteles mexicanos, justificación para lanzar drones y misiles contra laboratorios e instalaciones del crimen organizado, incluso interviniendo en territorio nacional, todo ello, México no puede subestimarlo. Suena inocente el argumento de convencer a Trump de su necesidad de utilizar la mano de obra de inmigrantes. Claudia Sheinbaum: “Presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en EU. A un arancel, vendrá otro en respuesta”. Más vale no tener que recurrir a la ley del talión, sería el acabose. Lo conducente será entablar pláticas serias con Trump y colaboradores, decididos a enfrentar con rigor la narcoviolencia, a establecer y respetar mecanismos de atención a migrantes y a cumplir el T-MEC a cabalidad, teniendo en la mira su exitosa renovación.

Analista

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