Al gobierno solo le restan ocho días. Para hacer la valoración correcta de su gestión falta tiempo para disponer de la información necesaria. Sin embargo, ya se puede adelantar que hay capítulos en los que los resultados son deplorables. Este es el caso de la salud en el que, los errores y las omisiones en las políticas públicas, así como el descuido de los servicios de salud, causaron muerte y sufrimiento que debieron evitarse.

Por ello, conviene recordar la entrevista al secretario de Salud, Jorge Alcocer, publicada en La Jornada el 10 de julio de 2018, en la que pretendió descalificar lo alcanzado en la materia e indicar que “es inaceptable que aún 35 mujeres de cada cien mil mueran por embarazo o parto[...] Además, el aumento en la esperanza de vida se está revirtiendo en jóvenes que fallecen a consecuencia de la violencia”. No podía faltar el señalamiento de que “La salud no se privatiza. Seguirá bajo la rectoría del Estado y con un mecanismo que garantice el acceso a la atención[…] y medicamentos”.

También indicó que se construirían “500 centros de salud, 64 hospitales generales y más de 30 de especialidad”; que no se aceptarían recortes en el presupuesto y que cada año el presupuesto aumentaría ya que se contaría con “50 mil millones de pesos que dejarán de gastarse[…] en la corrupción”, además de que “con el aumento anual de ocho por ciento en el presupuesto nos acercaremos a la inversión de seis por ciento del PIB”.

Por supuesto, todo resultó mentira, solo discurso que la realidad desmiente. El promedio de la razón de muerte materna entre 2013 y 2018 fue de 36.0, en tanto que en este gobierno subió a 39.0 por mil nacidos vivos. La esperanza de vida se desplomó en más de cuatro años en la población general y los jóvenes asesinados en 2022 (16,024) duplicaron la cifra de 2018 (8,092). Obviamente no se construyeron 64 hospitales generales y menos 30 de especialidad y del desabasto para que hablar.

Claro que los presupuestos fueron recortados con las tijeras de la maligna “austeridad republicana”, además de que no se combatió la corrupción que se hizo evidente, ni el presupuesto aumentó cada año ocho por ciento y estamos como antes, con cerca de tres puntos del PIB, la mitad de lo que Alcocer ofreció. Por supuesto que este gobierno es el gran privatizador de la salud. La encuesta del INEGI (ENADID), nos muestra que entre 2018 y 2023 las atenciones en el sector público disminuyeron en 14.2 millones, mientras las del sector privado aumentaron 18.3 millones. Eso es privatizar, no la diatriba demagógica y pendenciera del régimen.

Concluyo con un mensaje a Jorge Alcocer, quien en la entrevista respondió con sarcasmo a la pregunta de si podría con el reto de ser secretario de Salud al decir: “sí pudo Pepe Narro, ¿yo por qué no?”. Esperé seis años para ver sus resultados. Ahora le contesto y le explico.

Usted no pudo y en su dicho yo sí, porque usted no estaba preparado, porque no tenía la menor experiencia en el campo, porque carece de la autoridad moral que se requiere, porque tampoco tiene el valor de disentir de su jefe y menos la condición ética de reconocer su incapacidad y presentar su renuncia. Usted no pudo, porque junto con López Obrador y López Gatell son responsables de la muerte de veintenas de miles de personas. Usted no pudo, en fin, porque en lugar de llevarnos a Dinamarca, llevó al país al cementerio más grande de la historia.

Exrector de la UNAM. @JoseNarroR

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