San José. – Brasil confirmó ayer una tendencia de derrotar en las urnas al oficialismo que comenzó en 2018 en México y que, excepto en Cuba, Nicaragua, Venezuela y Paraguay, proliferó en los comicios presidenciales de 15 países de América, pero el ultraderechista presidente brasileño, Jair Bolsonaro , quedó con fuerza para tratar de remontar en la segunda fase de la pelea tras salir vencido de la primera.
En jerga boxística, la lucha de ayer finalizó con Bolsonaro contra las cuerdas, aunque con aire suficiente en su pretensión de recuperarse en los asaltos definitivos del combate.
“Concuerdo” con esa descripción, explicó el académico brasileño Juliano Cortinhas , profesor de relaciones internacionales de la (estatal) Universidad de Brasilia. “Creo que ese es el escenario”, dijo Cortinhas a EL UNIVERSAL .
“Lo que se deduce de las urnas es la fuerza del conservadurismo en Brasil”, afirmó, por su parte, el politólogo brasileño Thiago Rodrigues , profesor de Relaciones Internacionales de la (estatal) Universidad Federal Fluminense en el Instituto de Estudios Estratégicos, de Brasil.
“Muchos gobernadores y senadores alineados a la derecha y a la ultraderecha. Se anuncia el ‘bolsonarismo’ sin Bolsonaro”, indicó Rodrigues a este diario, en referencia a los resultados en los comicios legislativos y de gobernaturas que se realizaron ayer junto con los presidenciales y otros cargos de elección popular .
Brasil confirmó la inclinación de otros 15 países americanos: la pérdida de los partidos oficialistas, sean de derecha o de izquierda, en aparente voto de castigo.
Bolsonaro fracasó ayer en su primera subida al cuadrilátero para reelegirse y quedó obligado a dirimir la batalla en una segunda vuelta, prevista para el 30 de este mes. Durante los próximos 28 días, el mandatario bregará por revertir la ruta del electorado, que en la primera apoyó por mayoría al expresidente izquierdista, Luiz Inácio Lula da Silva .
El voto de castigo se registró con las derrotas de los candidatos del oficialismo en 2018 en México, en 2019 en Argentina, Uruguay, Panamá, El Salvador y Guatemala, en 2020 en Bolivia y República Dominicana, en 2021 en Chile, Honduras, Perú y Ecuador y en 2022 en Costa Rica, Colombia y Brasil.
Como presidentes, Donald Trump en Estados Unidos en 2020 y Mauricio Macri en Argentina en 2019 fallaron en sus afanes reeleccionistas.
En cuestionadas elecciones, Nicolás Maduro se reeligió en 2018 en Venezuela y Daniel Ortega en 2021 en Nicaragua. Cuba carece de elección de presidente por voto directo. El Partido Colorado, de Paraguay, está en el poder desde 2013.
Bolsonaro, del derechista Partido Liberal (PL) y la coalición “Por el bien de Brasil”, y Lula, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) y la alianza “Brasil de Esperanza”, captaron ayer la mayor cantidad de votos para avanzar a la segunda y eliminaron a otros nueve candidatos.
Aunque el mandatario recibió 43% y emergió en aparente desventaja ante Lula, con 48%, salió con la contienda abierta en su afán de impedir ser víctima del voto de castigo y superó otra realidad: las encuestas de cierre de campaña previeron que ayer solo obtendría en el entorno al 33%.
Lula, gobernante de 2003 a 2010, arañó la opción de eludir la segunda y convertirse anoche en presidente electo, pero necesitaba más del 50% para conseguir reinstalarse en la principal silla del Palacio de Planalto en Brasilia, sede del Poder Ejecutivo, por al menos cuatro años de mandato a partir del primero de enero de 2023.
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