La carrera de Nicolas Cage está entre las más insólitas en la historia del cine. Pertenece al linaje Coppola, o sea a la realeza de Hollywood. Actuó lo mismo en filmes clásicos, emblemáticos, que en interesantes obras de segunda y cintas de culto. También en varios churros impresentables. Y ganó un Oscar. En su inabarcable filmografía de 110 títulos le faltaba interpretarse a sí mismo.

La oportunidad llega con El peso del talento (2022), segundo filme del arriesgado novato Tom Gormican que con su guionista Kevin Etten, elabora un traje a la medida de Cage. Verdadero prodigio de lo bien confeccionado.

Cage se presenta a sí mismo enfrentando serios problemas de lana. Pero Richard (Neil Patrick Harris) le dice que Javi (Pedro Pascal) está dispuesto a pagarle un millón de dólares por asistir a su fiesta de cumpleaños. Javi es una persona de interés para Vivian (Tiffany Haddish), y por lo mismo interviene.

Este festival en honor a Cage y su vastísima trayectoria se presenta con los mejores elementos a la mano. Gormican los dosifica y forja una comedia de lujo abrazando convencionalismos de peliculita de acción.

No hay papel similar –así de infamante–, para un actor interpretándose a sí mismo y su leyenda, desde ¿Quieres ser John Malkovich? (1999, Spike Jonze, también parte del clan Coppola).

Este ejemplo autorreferencial, cuya esencia es una buena/mala/delirante cinta de Cage, se anima al parodiar la obra del actor pero también al reírse de la fama, y de qué significa ser célebre.

Cage ratifica que el “insoportable peso de la fama” para él es tan ligero como esta frenética comedia. Sólo con su desquiciado carisma lleva a buen puerto la producción. Es un fuera de serie: genuina estrella de cine que está más allá del bien y el mal.

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