Por lo general, el cine de acción es considerado de segunda. Se le clasifica así tanto por su violencia como por su, a veces, demasiado esquemático trazo de personajes.
Para su filme 16, El protegido (2021), el inconstante Martin Campbell (director tanto de la notable 007: Casino Royale, como del churro Linterna verde), busca mantener viva la llama del género con una trama parecida a la de la película El perfecto asesino (1994, Luc Besson).
Anna (Maggie Q), salvada cuando era niña por Moody (Samuel L. Jackson), debe hacer todo lo que esté en su poder para vengarlo.
Tal vez esté involucrado Rembrandt (Michael Keaton). Esto es importante porque Moody era un asesino a sueldo y Anna su colega.
El guión escrito por Richard Wenk (El justiciero, Jack Reacher: sin regreso, Los indestructibles 2) propone de principio personajes de claro trazado.
El planteamiento es viable y se disfruta; la acción se desenreda al ritmo requerido en este tipo de películas. Al menos ésta, queda rápidamente armada gracias a la buena mano de Campbell.
A nivel de producción, destaca Maggie Q (Misión imposible 3) actriz de talento que le da verosímil vida a un personaje del bajo mundo.
Con suficiente competencia y actitud —para ser tanto atractiva como peligrosa—, transmite esa repugnancia-fascinación que se desprende por ser asesina bajo contrato.
La historia, intimista, de melodrama familiar, y siniestra, funciona con altibajos.
El ambiente es creíble. Ciertos giros y la forma en que se soluciona el último acto, dejan qué desear.
El género por eso carga con el sambenito de ser superficial. Campbell hizo impecablemente Casino Royale, pero ahora se dejó llevar por la inercia, a pesar de tener elementos para concluir la cinta tal y como lo merecía su notable reparto.
Si hubiera mejorado el ritmo y la tensión de tema y acciones, estaría entre sus mejores filmes. Una lástima.