En un mundo enfocado en filmes sobre dinosaurios y alienígenas creados por computadora no se había visto, desde Garras en 1996, a un escalofriante león como protagonista.
El islandés Baltasar Kormákur, para su emblemático título 13, Bestia (2022) , aborda la aventura exótica, tipo cazadores en Sudáfrica que sale mal, y donde la estrella, claro, es un león.
Una aventura siglo XXI que funciona por los bien planteados elementos del eficaz guión de Ryan Engle & Jamie Primak Sullivan : en su viaje de curación emocional, el Dr. Samuels (Idris Elba) ‑con sus hijas Meredith (Iyana Halley) y Norah (Leah Jeffries) ‑, arriba a una reserva administrada por su cuate de toda la vida, el biólogo Martin (Sharlto Copley).
El Dr. Samuels debe enfrentar su lastimada unidad familiar y a un inesperado invitado: el rey de la selva de comportamiento acaso fuera de lugar, entre otras circunstancias inquietantes. Lo que significa vivir o morir.
Kormákur, experto en filmes de sobrevivencia (Everest, A la deriva), y quien sin medias tintas hace churros o cintas emocionantes, coloca a Bestia entre estas últimas. Porque crea buen suspenso a partir de las impredecibles acciones del salvaje animal al acecho.
Su relato no se ve anacrónico sino actual: es uno metafórico sobre los daños a la naturaleza; al hábitat de un depredador originario. Destaca por ello, en el casi primitivo y fascinante paisaje, la presencia del león con lo que ello exuda. También, con la dinámica entre personajes principales e incidentales, Kormákur construye una atmósfera llena de azoro.
Bestia es un filme narrado austeramente, pero con tensa inspiración . Kormákur hace un entretenimiento impresionante sobre la supervivencia.
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