AMLO puntero
El presidente López Obrador protagonizó el lunes una de sus ‘mañaneras’ más preocupantes de una racha de por sí escabrosa de mensajes presidenciales. Pero al arrancar ya llevaba horas circulando por el mundo la versión electrónica de The Guardian. Allí, a partir del publicitado paralelismo Trump-López Obrador, el corresponsal David Agren –con tres lustros en México– pareció colocar como puntero al mexicano en la reñida competencia entre los dos presidentes por el supertazón al mayor exceso de promoción personal y ausencia de valor informativo de sus comunicaciones. El título, “López Obrador sostiene conferencias diarias de prensa rivalizando con las de Trump: ‘un espectáculo sin ningún valor’”. Su autor también pareció alzarle el brazo al de Macuspana en materia de falsedades y afirmaciones engañosas, quién sabe si en número, pero sí en la flagrancia de los engaños.
En efecto, la pieza del periódico insignia de los lectores de la izquierda liberal del Reino Unido, empieza registrando el dicho engañoso de un presidente López Obrador que dice ver aplanarse la curva del coronavirus (con el ademán de quien traza una línea horizontal, hay que agregar), a pesar de la gráfica de su subsecretario de Salud que traza una línea vertical de crecimiento del contagio, “implacable”, como la llama el periodista. Corresponsal también del Committee to Protect Journalists, Agren destaca en su texto el tiempo invertido por el presidente mexicano (probablemente más que el estadounidense) en atacar a los medios de comunicación y a los comunicadores.
Y aquí aparece el otro plano en que también rivalizan por el máximo trofeo AMLO y Trump: el cultivo del encono y la división en sus respectivos países. El presidente mexicano, en gran medida, en sus mensajes matutinos: antiinformativos, propagandísticos, de acuerdo al corresponsal para “establecer la agenda del día, tanto como Trump domina con frecuencia el ciclo noticioso con sus tormentas de tuits”. En este punto, AMLO volvió a sacar ventaja sobre un Trump que vio abortadas sus comparecencias sobre coronavirus, si bien ambos aparecen parejos en sus enfoques centrados más en promocion personal y ataques a sus enemigos que en ofrecer información precisa sobre las crisis en curso. Ahora bien, mientras Trump ha tenido que enfriar sus apariciones diarias, AMLO las ha duplicado. Y ahora sí que el presidente mexicano ha armado una plataforma para monopolizar la agenda pública, que ni Trump.
Moléculas
Tampoco le va mejor al presidente de Estados Unidos en la competencia con el de México por escoger reporteros afines de medios marginales o inexistentes, como lo hacen ambos, para colocar sus mensajes. Y es que Trump no cuenta con el descaro de un youtuber como Lord Molécula, Carlos Pozos, quien alcanzó ya la consagración internacional en este reportaje de The Guardian. Con los lores moléculas y las contestaciones evasivas de la obligación de dar respuestas verdaderas a las preguntas de periodistas verdaderos, afirma Agren, AMLO despeja el camino para “pontificar: parte como presidente, parte de militante, parte predicador”. Pero raras veces como sujeto obligado a satisfacer el derecho de la gente a saber lo que el poder oculta.
Repertorio agotado
Asedio a oponentes, diatribas y amenazas a gobernantes anteriores, citas bíblicas y lecciones morales altamente reversibles contra el emisor, estampitas y amuletos, broncas y vituperios contra empresas informativas e informadores, el repertorio de AMLO parece prefigurar un régimen de excepción, al extremo de demonizar, el lunes, a los medios que cumplen su misión de “poner en entredicho” –esa fue la acusación– las versiones oficiales, por lo demás, en el caso de la pandemia, plagadas de imprecisiones, contradicciones y ocultamientos.
Profesor de Derecho de la Información.
UNAM