Estamos atravesando un momento inédito en la historia de la humanidad. El momento que distintos intelectuales han calificado como VICA por sus siglas: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ansiedad. Se trata de un momento complejo para el que muchos países no han estado preparados, como se ve en el modo de enfrentar la pandemia Covid-19, la crisis económica y los estallamientos sociales recientes. Nos encontramos ante conflictos sin solución clara en muchas partes del planeta. Las ideologías, los modelos y las herramientas de política pública con que cuentan los países parecen ser insuficientes para resolver estos conflictos, que con motivo de la pandemia parecen ir en aumento.
La crisis que estamos padeciendo representa una oportunidad para buscar nuevos enfoques y replantear paradigmas. Las crisis son inevitables en la vida de las personas, son parte de nuestro ciclo natural y así deben ser entendidas. Las crisis obligan a la búsqueda de soluciones, nos enfrentan con nuestros límites y, bien enfocadas, sacan lo mejor de nosotros.
En esta columna, como en las próximas intentaremos aproximarnos a algunos de los principales conflictos que hoy amenazan el desarrollo global, y procuraremos aportar algunas ideas de solución para análisis. Los principales conflictos que alcanzamos a distinguir en el momento actual son tres:
I) El conflicto entre globalización y nacionalismos emergentes.
II) El conflicto entre Estado y mercado.
III) Y el conflicto entre la denominada tecnoestructura y el mundo vital.
Hoy podemos ver con claridad y preocupación como cada uno de estos conflictos está entrando en un nivel de escalada, que se está perdiendo control y que no se terminan de visualizar soluciones al respecto.
En lo que se refiere el conflicto entre globalización y nacionalismos emergentes, el momento actual ha derivado en un aumento muy importante de la tensión entre la existencia de mercados globales, abiertos, en los que las cadenas de suministro están integradas, y las posturas políticas que exaltan los nacionalismos, cierran las fronteras y pretenden vivir de espaldas a la responsabilidad global.
La pandemia que estamos atravesando ha generado importantes conflictos entre la necesidad de colaboración científica para la generación de una vacuna que pueda inmunizar frente al Covid-19 y el cierre de fronteras y acusaciones derivadas del miedo al virus y la sospecha.
El conflicto entre Estado y mercado se ha exacerbado con motivo de la pandemia entre quienes defienden la necesidad de mayores controles, aún en deterioro de ciertas libertades para combatir de forma colectiva la propagación de la enfermedad, y los que insisten en el daño que suponen los mayores controles en la economía.
En lo que se refiere al conflicto entre la tecnoestructura y el mundo vital, los que insisten en mantener la ley y el orden de forma absoluta y los que se sienten alejados de las decisiones, lastimados por la injusticia e incomprendidos como se ha podido ver los últimos días en los Estados Unidos.
Tres conflictos: globalización-nacionalismos, Estado-mercado, y tecnoestructura-mundo vital que no parecen tener solución, que surgen amenazantes hacia nuestro futuro y a los que hoy urge encontrar solución. A esto estaremos dedicando tiempo de análisis en nuestras siguientes columnas.
Rector de la Universidad Panamericana / IPADE