En los últimos días ha surgido en el debate sobre la elección judicial, la aparición de fotos, videos y testimonios de las plantillas electorales (los famosos "acordeones") que se utilizaban en tiempos del PRI para orientar a sus acarreados cómo tendrían que sufragar, mediante compra o coacción del voto.
La compra y coacción son delitos electorales, pero también pueden ser considerados así los acordeones, pues el art. 19-I de la Ley General de Delitos Electorales prohíbe el proselitismo y la inducción dentro de los centros de votación. ¿No son eso los acordeones otorgados por otros?
Ante ello, algunos consejeros electorales estatales y locales se han pronunciado por permitir el uso de acordeones, a partir de la dificultad de memorizar los nombres de numerosos candidatos.
Sí pero, ¿cómo distinguir los acordeones "propios" de los que fueron otorgados bajo compra o coacción del voto (acarreo)?
¿Se va a permitir en aras del desastre organizativo de esta elección que otra ley más sea violentada (pues ya muchas lo han sido con permiso de las autoridades electorales)?
El Consejo General del INE no se ha pronunciado con claridad, por lo que la duda sobre la validez o no de tal práctica permea entre funcionarios y ciudadanos.
Lo mínimo que tendría que hacer ese Consejo es posicionarse al respecto.
Desde luego, lo legal sería que se exprese en contra de esa práctica, y dicte una autorización para anular las boletas de ciudadanos que saquen su acordeón en el centro de votación.
Eso le daría credibilidad tanto al INE como a la elección. En caso de pronunciarse a favor de esa práctica, se considerará como otra trasgresión a la ley, quitando credibilidad a la elección y al propio INE.
Y si éste permanece omiso y no se pronuncia, se interpretará sin duda como un aval implícito a esa triquiñuela, con todo lo que conlleva. No le convendría en principio, pero sabemos que la dirigencia del INE está cooptada por Morena, y quizá su principal interés sea quedar bien con sus nuevos jefes.
Por otra parte, está la decisión de no anular las boletas que queden sin utilizar, lo que en automático genera la duda de que se pueden llenar después para incrementar artificialmente el nivel de participación (una prioridad para Morena y el gobierno).
Los ciudadanos de a pie, incluso sin haberse inscrito como observadores, pueden ayudar tomando una foto de las sábanas que al final se pondrán en los centros de votación con el número de votantes.
Eso sí lo pueden constatar los funcionarios ciudadanos de casilla. Y eso dificultará incrementar la votación después de la jornada.
Pero dichas boletas sin utilizar sí podrían servir para sustituir los votos nulos por otros cruzados por los candidatos de Morena.
Paradójicamente, el voto nulo - una señal de protesta- podría contribuir a incrementar los votos válidos, y además apoyar a candidatos de Morena que son los que prevalecen.
Para quienes ven esta elección como un atraco al Poder Judicial y la División de Poderes, conviene más no asistir que anular el voto. Podrían involuntariamente impulsar aquello por lo que protestan.
Analista.
@JACrespo1