Las elecciones del pasado 4 de junio, han dejado un sabor amargo para la ciudadanía que busca una alternativa real que haga frente al gobierno autoritario y sectario de Andrés Manuel López Obrador.

Muy a pesar de esfuerzos y convicciones, los resultados fueron deplorables, y es momento de hacer una profunda reflexión sobre lo que hemos fallado como partidos de oposición.

La autocrítica es un ejercicio esencial para crecer y fortalecernos de cara al 2024, por eso es necesario abordar algunos aspectos que considero indispensables para recuperar la confianza de los ciudadanos.

COAHUILA

En Coahuila, el priismo local alcanzó un triunfo apabullante por casi 36 puntos porcentuales. Algunos dirán que lo abultado del resultado obedeció a la división del obradorismo en la entidad, y eso es falso, aún sumando los votos de los partidos del régimen morena/PT/Verde, la elección la hubiera ganado el candidato de la alianza VaXMéxico por más de 15 puntos.

Adicionalmente, la coalición encabezada por el PRI se llevó 'carro completo', la gubernatura y todas las diputaciones locales en juego.

Llama la atención el desplome en la votación para el PAN, pasó de estar a punto de ganar la gubernatura en 2017 con 31.1% de los votos, a un paupérrimo 6.9% en 2023. Del PRD, ni hablar, no alcanzaron ni el 3% de votación total.

Más allá del peso electoral del Coahuila, lo cierto es que el obradorato jamás se había llevado una derrota tan humillante, ese es un punto a destacar en la jornada.

ESTADO DE MÉXICO

Con respecto al Estado de México, se ha hablado mucho del bajo nivel de participación en la elección (49.8%), pero la realidad es que esto no debería de sorprender a nadie.

La participación en elecciones para gobernador en la entidad siempre ha sido bajísima: 51% en 1999, 42.6% en 2005, 45.3% en 2011 y 53% en 2017.

El enorme abstencionismo en el Estado de México obedece a una razón muy sencilla: se trata de una elección NO CONCURRENTE, es decir, no está empatada ni con sus comicios estatales para renovar ayuntamientos o congreso local, ni con las elecciones federales. Esto implica menos recursos, menos presencia de candidatos en calle, menos información y en general menos campaña. Habría que sumarle la casi nula existencia de medios locales que cubran la campaña.

Al tratarse de una elección con escasa participación ciudadana, tradicionalmente vemos una simple 'carrera de estructuras partidistas' ligada a los programas sociales del gobierno estatal. Aunque en esta ocasión fue diferente, las estructuras predominantes, fueron las del gobierno federal, y por supuesto operaron a favor de la candidata de morena.

La contundente derrota del priismo mexiquense en su principal bastión es multifactorial. Un gobernador pésimamente evaluado por la ciudadanía, el desgaste de casi cien años de gobierno, la inclemente operación de estado a favor de morena y los imperdonables errores de estrategia en la campaña de la candidata de la coalición VaXMéxico.

Alejandra del Moral resultó ser una candidata sólida, disciplinada y muy articulada, pero poco combativa. Era imperativo conectar con la gente con un discurso que advirtiera lo que realmente representa un gobierno de morena, especialmente uno encabezado por Delfina Gómez.

Era la oportunidad de romper esa espiral de abstencionismo y apatía que caracteriza a las elecciones de gubernatura en el Estado de México. Alejandra tenía todo: un desastre de gobierno federal, un presidente polarizante y una pésima candidata como oponente.

Delfina Gómez ha rendido malas cuentas en todos los cargos que ha ocupado.

Están probados los 'diezmos' que exigía a funcionarios del Ayuntamiento de Texcoco cuando fue alcaldesa de aquel municipio. En su gestión como titular de la SEP, fue multi observada por la Auditoría Superior de la Federación, creció enormemente la deserción escolar y eliminó el programa de 'escuelas de tiempo completo'.

Mención aparte, merecen los antecedentes de corrupción y excesos del par de hampones que estuvieron detrás de su campaña, y que se consideran fundares del llamado 'Grupo Texcoco': Higinio Martínez y Horacio Duarte.

Pero todo lo anterior, NO fue tema de campaña, quizá fue mencionado superficialmente por Alejandra del Moral en algún mitin o en los debates, no más.

La retórica de campaña fue 'la ruta de la conciliación'. ¿Conciliar con quien eliminó el seguro popular, las estancias infantiles, los refugios para mujeres maltratadas…?, ¿con quién insulta diariamente al que piensa distinto y estigmatiza al que se atreve a aspirar a ser mejor?, ¿Conciliar con Bartlett, Gertz, Ovalle, Salgado Macedonio, Ana Guevara…?

Descansar una enorme deficiencia estratégica en el abstencionismo es muy fácil, pero la realidad es que se hizo poco para abatirla.

No obstante lo anterior, los antecedentes históricos marcan que no existe correlación alguna entre las elecciones para gobernador del Estado de México y la elección presidencial. A excepción de la contienda del 2012 con Enrique Peña Nieto, de 1999 a la fecha, el partido que gana el Estado de México NO gana la presidencia de la República.

LO QUE VIENE

La derrota en las elecciones del Estado de México representa un fuerte golpe a la oposición y debe traducirse en un urgente llamado a la acción.

Debemos aprovechar esta oportunidad para realizar una autocrítica sincera y constructiva, analizando nuestras debilidades y corrigiendo los errores cometidos. La comunicación efectiva y la apertura total a la ciudadanía, son imperativos.

El 2024 ya está aquí, estamos hablando de la elección más importante en la historia de este país, están juego nuestros derechos y nuestras libertades.

Los resultados de una elección local, por más que ésta se haya dado en el estado más importante, no es condicionante de nada. Habrá juego nuevo, la destrucción institucional y la regresión autoritaria se pueden revertir.

Sólo tendremos una oportunidad para rescatar nuestro país, para recuperar todo el terreno que nos hecho perder este gobierno, para avanzar lo retrocedido.

Este país merece un presidente que gobierne para todos, y no sólo para los votaron por él; un presidente que mire al futuro y no al pasado.

Sólo saldremos adelante si los partidos de oposición se 'ciudadanizan' y se definen como auténticos vehículos al servicio de la gente.

Es momento de definiciones, no dejemos pasar ni un segundo más, el futuro es hoy. Si no hacemos lo que nos corresponde, más adelante ya no habrá ningún país que rescatar.

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS