Alrededor de cinco millones de personas utilizan diariamente el Sistema de Transporte Colectivo Metro en la Ciudad de México: Sin embargo, transportarse en él en los últimos años ya se percibe como una actividad de alto riesgo por los múltiples accidentes registrados, que ya han cobrado la vida de personas y dejado en la incapacidad física a otras.

Inaugurado en el año de 1969 -hace más de 53 años- actualmente está conformado por 12 líneas y 195 estaciones. Su misión es proveer un servicio de transporte público masivo, seguro, confiable y tecnológicamente limpio. Con una tarifa accesible, que satisfaga las expectativas de calidad, accesibilidad, frecuencia y cobertura de los usuarios y que se desempeñe con transparencia, equidad y eficiencia; función que cumplió con altos estándares, incluso con reconocimiento a nivel mundial… hasta hace algunos años.

Desde su inauguración hasta el 2019, sólo se habían registrado 3 incidentes relevantes. Lamentablemente, en los últimos 8 años se contabilizan 612 accidentes de los cuales el 70% de ellos ocurrieron en la actual administración. Es decir, de 2019 a 2023, durante el gobierno de Claudia Sheinbaum han ocurrido 432 accidentes; dejando a 28 personas fallecidas y 276 heridos, a quienes, sin duda, se les han arruinado sus proyectos de vida y causado dolor y daños a sus familias.

Este año lo iniciamos con la trágica noticia de que en la Línea 3 del metro hubo un choque entre dos convoyes, dejando sin vida a una joven estudiante universitaria y a más de 100 personas lesionadas. Estas tragedias ya no pueden considerarse como incidentes fortuitos y mucho menos como fruto de acciones provocadas (supuestos “sabotajes”), como de manera falsa e irresponsable han dicho las autoridades del gobierno de la CDMX.

Dichos pretextos, los han expresado para justificar su irresponsabilidad y con el sospechoso objetivo de militarizar el servicio de transporte, deplegando a más de 6,000 elementos de la Guardia Nacional en supuestas tareas de vigilancia. En los primeros días de la desproporcionada intervención de los soldados en el Metro, estos han realizado detenciones arbitrarias y culpando a personas inocentes cuyos “delitos” fueron desde manifestar su rechazo al ejército en las instalaciones hasta tirar accidentalmente unas aspas de plástico para lavadora.

No, servidoras y servidores públicos de la ciudad de México: los accidentes son consecuencia de problemas de construcción y mantenimiento. En un entorno de incapacidad e ineficiencia -reproduciendo el mantra de 90% de confianza y 10 de capacidad del Presidente- y movimientos de personal, sin un sentido estratégico y, sobre todo, de una falta de presupuesto y de su sospechoso manejo. Baste recordar que fue el propio Andrés Manuel López Obrador, quien, como jefe de gobierno, abandonó el plan maestro del Metro.

En la actual administración el Presupuesto Aprobado ha tenido un brutal recorte de más de mil 408 millones de pesos. El mayor incremento en el Presupuesto Aprobado para el Metro fue entre 2012 a 2014, al pasar de 15 mil millones de pesos a 20 mil 888 millones. A partir de ese año ha venido sufriendo reducciones llegando, en 2021 a solo 15,082 mdp de los cuales se ejercieron únicamente 13,838 mdp. Durante el 2022, se aprobaron 18,828 y se ejercieron realmente 12,996. Estos recortes, justificados en el marco de una muy conveniente “pobreza franciscana”, sin duda, explican el enorme deterioro del Metro y los accidentes cada vez más frecuentes.

Es evidente que en las tragedias del Metro hay responsabilidades políticas, técnicas, administrativas y penales que los gobiernos de la CDMX y Federal intentan encubrir. Por tal razón, los coordinadores de los grupos parlamentarios de los partidos de la Revolución Democrática, Acción Nacional y Revolucionario Institucional en la Cámara de Diputados, solicitaremos la comparecencia de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Las y los diputados de Acción Nacional hacemos un llamado a todas las fuerzas políticas, para que se sumen a las acciones de rendición de cuentas, a efecto de que se dé una solución pronta a la columna vertebral de la movilidad de la ciudad: el Metro; dejando a un lado la falsa política de austeridad.

No podemos permitir que se siga arriesgando la vida de miles de personas que usan un transporte que hoy se encuentra en deplorables condiciones de operación.

Diputado, coordinador del GPPAN 

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