El viernes pasado la “Asociación del Heroico Colegio Militar”, con sede en el viejo edificio de Popotla, organizó un desayuno en las instalaciones del Campo Marte. Asistieron generales, jefes y oficiales egresados de esta institución a la cual pertenezco orgullosamente. Nacida en 1823 en la fortaleza de San Carlos Perote Veracruz. Los anales de la historia registran más de 200 años de lealtad inquebrantable, honor y gloria de sus hijos cuando la patria se encuentra en peligro y su suelo es pisoteado por tropas extranjeras. Prefieren morir de pie antes que vivir de rodillas ante amenazas extranjeras y bayonetas criminales sedientas de sangre que ejecutan a jóvenes, casi niños, fue el caso de aquella epopeya de última resistencia en el Castillo de Chapultepec aquel triste 13 septiembre de 1847, que los ahuehuetes milenarios aún lloran, esta heroica conducta marcó para siempre el camino a seguir del sacrificio de los egresados de este plantel.
Inspirados en los valores antes mencionados, un grupo distinguido de miembros activos de la asociación contó con la asistencia del General de División Salvador Cienfuegos Zepeda, quien ocupó el lugar de honor, fue recibido con especiales gestos de respeto y admiración como el mejor soldado de la República, mexicano por los cuatro costados, quien fuera uno de los más destacados directores del Colegio Militar, a quien admiramos por su integridad y lealtad, ejemplo a seguir por la juventud mexicana. El señor general José Ángel García Elizalde, de gran carácter y valores militares, le ha dado brillo a la asociación y en esta ocasión ocupó la mesa de honor.
Los compromisos del Colegio Militar son de lealtad probada, constan en los anales de la historia. Su primera prueba de fuego fue su conducta ante la sublevación conocida con el Plan de Montaño, pronunciamiento ocurrido el 23 de septiembre 1827 cuya finalidad era desconocer al primer presidente del México independiente, el general Guadalupe Victoria, el segundo capítulo épico sería el sacrificio de sus hijos en el Castillo de Chapultepec. Seguirán otros capítulos como: la marcha de la lealtad, realizada el 9 de febrero de 1913 por los alumnos del Colegio Militar, cuando escoltaron al presidente Francisco I. Madero del Castillo de Chapultepec a Palacio Nacional los valientes caballeros negros de Popotla se comportaron con una conducta digna de encomio. La siguiente prueba de fuego fue acompañar al presidente Venustiano Carranza cuando trasladaba a su gobierno de la Ciudad de México al puerto de Veracruz del 7 al 17 de mayo de 1920, en esta misión el 9 del mismo mes aconteció en Apizaco, Tlaxcala, la última carga de caballería al sable, defendiendo a la institución presidencial. Vendrían otros ejemplos admirables que aún siguen atentos al llamado del clarín de la guerra cuando les llame de nuevo al cumplir con su misión ante nuevas crisis y amenazas que puedan poner en peligro el valor supremo de la nación: la soberanía nacional y su autodeterminación por los vientos actuales.
La actual Presidenta de la República con gran seguridad y firmeza reconoce el valor y la confianza de la nación de estos valientes defensores de la democracia que fueran aquellos jóvenes cadetes que guardan un lugar de honor y gloria en el corazón de la juventud mexicana.
Los capítulos anteriormente mencionados en defensa de las instituciones son su escudo y flecha de defender la integridad, independencia y soberanía de la nación recogiendo el mensaje presidencial de nuestra comandanta suprema que la convicción del pueblo mexicano tiene como base nuestra soberanía no es negociable, no está en venta, inspirados en la fuerza de la razón y el derecho.
El Heroico Colegio Militar está listo, no titubea, recoge las más puras tradiciones, defensor de la patria con justicia, democracia y libertad.
Director del CEESTEM