Tras meses de análisis, una sala de cuestiones preliminares de la Corte Penal Internacional (CPI) concedió las órdenes de aprehensión solicitadas por su fiscal en contra de líderes de las dos partes del conflicto entre Israel y Hamás. En el caso de Netanyahu y su ministro de Defensa, la sala concluyó que hay evidencia suficiente de que ambos son responsables de haber cometido crímenes de guerra al utilizar hambre como método de guerra y dirigir intencionalmente ataques contra la población civil, así como de “crímenes de lesa humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos”. De inmediato, voces importantes en EU y otros países occidentales denunciaron antisemitismo y cuestionaron la jurisdicción de la CPI sobre ciudadanos israelíes, ya que ese país no es parte del Estatuto de Roma que estableció la Corte. Sin embargo, el Estatuto establece que la Corte tiene jurisdicción sobre individuos que cometan alguno de los crímenes previstos en territorio de un Estado parte. Y Palestina lo es. La decisión contra el premier israelí, la primera de la Corte contra un jefe de gobierno de una democracia occidental, tendrá enormes consecuencias sobre el futuro de la CPI, el propio Netanyahu y el conflicto en Medio Oriente.
En poco tiempo, la Corte ha sacudido al mundo con la emisión de órdenes de aprehensión contra líderes de peso. La comunidad internacional se ha dividido entre los que dieron la bienvenida a la decisión contra Putin, pero no a la de Netanyahu y los que se han posicionado a la inversa. Tan solo unos cuantos han tenido la congruencia de apoyar o rechazar ambas. Dada la obligación que los Estados parte tienen de ejecutar las órdenes de aprehensión de la CPI, la instrucción contra el premier israelí pondrá a prueba el compromiso de Europa y otros países occidentales con la Corte, en particular el Reino Unido, Francia y Alemania, en caso de que Netanyahu desafíe a la CPI. Asimismo, exhibirá el doble estándar de países de África y América Latina que dieron la bienvenida a la orden de aprehensión contra Netanyahu, pero rechazaron la de Putin o que, como México, anunciaron que se negarían a ejecutar la del ruso. Por si fuera poco, el hostigamiento de la primera administración de Bush hijo a la Corte será un juego de niños comparado con el que el tribunal sufrirá de parte de Trump 2.0.
A partir de ahora, Netanyahu no podrá pisar territorio de ningún país europeo, Canadá, Japón o la mayor parte de América Latina y África. Sus viajes tendrán que limitarse a EU y detractores de la Corte como Rusia, China, India e, irónicamente, la gran mayoría de las naciones árabes. Asimismo, la instrucción de la CPI se agrega a los múltiples procesos legales que enfrenta en tribunales israelíes, que podrían hacer colapsar su gobierno y llevarlo a la cárcel. Inopinadamente, el conflicto armado es lo que ha mantenido a raya desenlaces tan temidos por el premier israelí. En ese contexto, la decisión de la Corte sobre Netanyahu no necesariamente contribuye a una salida negociada en Medio Oriente porque, ¿cuáles serían los incentivos para que el premier israelí cediera si a sus pesadillas domésticas se agrega el acecho de un tribunal internacional?
Embajador de México, fue vicepresidente de la AEP de la Corte Penal Internacional.
@amb_lomonaco