Después de casi 60 años, de nueva cuenta se vuelve a presentar en el complejo del Rockefeller Center, una ventana de México, que da muestra de la importancia de nuestras tradiciones y cultura. Buena oportunidad para ver el sincretismo que se expresa en nuestras fiestas, admirar el talento de nuestros artesanos, conocer los usos y costumbres de cómo es que honramos y recordamos a nuestros fieles difuntos, de nuestra singular manera de ver a la muerte, en símbolos, imágenes y figuras imaginarias, que al mismo tiempo nos permiten volver a reunirnos con los nuestros, para tener un poco de consuelo y menor nostalgia por sus ausencias, con el amor y respeto que ofrecemos por los que se han adelantado en su viaje final hacia Mictlán.
Bajo el lema, México Week, se acordó con los directivos del emblemático Rockefeller Center, reiniciar anualmente, una semana de actividades en los distintos espacios públicos que tiene a disposición, para promover la cultura de México, así como las tradiciones que mantenemos vigentes y de las que nos sentimos muy orgullosos, porque forman parte de nuestra herencia mesoamericana y también hispana, como el festejo del Día de los Muertos.
En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de presentar una exhibición facsimilar de los principales códices mesoamericanos facilitados por el INAH, un par de magníficos alebrijes de gran formato, del taller de Jacobo y María Ángeles, que envió el gobernador de Oaxaca, Alejando Murat, y que son guardianes de nuestra comunidad migrante, una mega ofrenda dedicada a los trabajadores esenciales de NY, elaborada con más de 500 elementos entre piezas de barro, velas, flores, traídas de Colima, Tlaxcala, Jalisco o Puebla, y que fue diseñada por el despacho Tónico Visual y Sandra Pérez; diversas catrinas y mexicraneos de gran formato, cubiertos de chaquira, con formas y estilo de arte huichol, del estudio Menchaca, así como un tianguis culinario y de artesanías, que ofrece tacos, pozole, pan de muerto, tequila, aguas de sabor, chocolate caliente y las tradicionales calaveras de azúcar, entre otras cosas.
Toda una fiesta de colores, sabores, olores y texturas de México, para nuestra comunidad en NY, y también para entablar un diálogo con todas las diásporas que viven en la que es conocida como la Torre de Babel, porque habitan todas las razas y se hablan todos los idiomas del mundo, con el fin de invitar a conocer más de nuestra historia y cultura.
No puedo negar el gusto por ver una plaza muy neoyorkina, como un espacio muy mexicano, en días especialmente sensibles para nuestra comunidad, en el mismo lugar en el que años atrás, Diego Rivera fuera rescindido por no borrar las imágenes del mural que le fue encargado por el señor Rockefeller. No puedo negar el orgullo que me da al escuchar a los niños locales, decir: It´s the day of the dead, no así Halloween Day. Ver una ofrenda con xoloescuincles y no con calabazas. En NY, México está reviviendo sus tradiciones que trascienden las fronteras y el tiempo.
Cónsul General de México en Nueva York. @Jorge_IslasLo
(Crédito de la foto principal: Diane Bondareff/AP Images for Tishman Speyer)