«En el presente eterno de internet y la inteligencia artificial la lectura es una forma rebelde de la memoria.»
Juan Villoro
La humanidad en algún tiempo dejará de ser la inteligencia dominante del planeta y pasará a estar subordinada a la inteligencia artificial, con ello se desmoronarán siglos de pensamiento antropocéntrico, que colocaron al hombre en el centro del mundo; ese razonamiento será remplazado por uno que estará más allá de lo humano, algunos pensadores y escritores se ha aventurado a llamarle lo posthumano. Cada día que pasa la inteligencia artificial aprende más y nosotros desaprendemos. La tecnología se ha vuelto sumamente capaz y los humanos incapaces. Vivimos en la era de la información y hoy lo que le hace falta al mundo es tener una mayor compresión. La conocida frase «Una imagen dice más que mil palabras» ha sido repetida infinidad de veces para aniquilar el discurso narrativo y mítico que nos ha acompañado durante siglos. ¿Tiene algún sentido seguir reflexionando y cuestionando sobre lo humano a sabiendas de que estamos siendo remplazados? Estas son algunas ideas que se pueden concluir de la presentación del libro «No soy un robot» de Juan Villoro en la sede de El Universal, donde también intercambió ideas con sus lectores.
El autor ironizó respecto al hecho de que a veces los sitios web nos piden que nos autentifiquemos como humanos. Luego de dar clic a una serie de imágenes, que acaban por probar que no somos un robot o un algoritmo, otro algoritmo comprueba que sí somos humanos y que podemos acceder al portal que nos ha sido vedado. Es interesante y a la vez preocupante que sea otra inteligencia o una serie de programas los que determinen si somos o no un robot. Quizá dentro de poco tiempo un electrodoméstico va a ser más sabio que los vecinos, e incluso llegue a tener un mayor grado de consciencia que cada uno de nosotros. El escritor y físico Ernesto Sábato, en 1988, denunció a la tecnolatría, que es la creencia irracional de que la tecnología puede solucionar todos los problemas, incluidos aquellos que no son técnicos. Vale la pena preguntarnos: ¿Los avances científicos y tecnológicos de los últimos años nos han ayudado a ser más humanos? La respuesta muy probablemente no sea alentadora.
La apuesta en el presente y de cara a los años venideros, según Villoro, es optar por lograr un equilibrio entre el uso de los dispositivos electrónicos y continuar con prácticas ancestrales como: leer un libro, conversar frente a frente y sin que se utilice un dispositivo electrónico, salir a caminar o hacer alguna diligencia sin seguir las indicaciones de un sistema de localización en tiempo real.
«No soy un robot» es una afirmación que nos tenemos que hacer todos los días para no sucumbir a los automatismos y la manipulación de los algoritmos. A fin de cuentas, la decisión respecto a que tan humanos queremos seguir siendo la tomamos nosotros ¿O no?
P. D.: El presente artículo no fue escrito, ni redactado por ningún robot o inteligencia artificial.