«Un niño con cáncer nos enseña a vivir con valor, a sonreír con el alma y a luchar con el corazón.»
Anónimo
En México, el cáncer infantil es la segunda causa de muerte en personas de 5 a 14 años de edad, con 5 mil casos nuevos cada año. El diagnóstico es un golpe que sacude a familias enteras, obligadas durante años a largos viajes para encontrar atención especializada, tratamientos tardíos y lejos de casa. Hoy, hablar de OncoCREAN es hablar de esperanza.
OncoCREAN, el Centro de Referencia Estatal para la Atención del Niño y de la Niña con Cáncer del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), está transformando esa realidad. Esta red, con 36 centros instalados en el país, lleva la oncología pediátrica a las comunidades, evitando traslados que desgastan cuerpos y espíritus. Su objetivo es claro: diagnóstico rápido, tratamiento en el lugar de origen y atención inmediata a complicaciones. Por ejemplo, implementa la “hora dorada” para administrar antibiótico en la primera hora de fiebre neutropénica, salvando vidas. OncoCREAN no es solo infraestructura; es innovación constante: Introducción de nuevas moléculas terapéuticas. Fortalecimiento de la red de trasplante de médula ósea (177 trasplantes en un año). Laboratorio de Citómica para el Cáncer Infantil, que permite identificar subtipos de leucemia en tiempo récord, iniciando tratamiento en los primeros días tras la detección. Telemedicina con 202 sesiones anuales que forman y asesoran al personal local, asegurando atención experta incluso en comunidades remotas.
Gracias a este esfuerzo, un diagnóstico de cáncer deja de ser una sentencia. Según datos del IMSS, la tasa de supervivencia se elevó de un 38% a más del 80% en los últimos años. Hoy, arriba del 80% de los niños atendidos tienen altas posibilidades de sobrevivir, comparable con los mejores estándares internacionales. Pero OncoCREAN no son solo cifras. Es un espacio donde la ciencia se encuentra con la calidez humana. Donde cada infante es atendido con tecnología de punta y rodeado de un equipo que comprende sus miedos. Donde cada familia recibe apoyo
emocional, psicológico y acompañamiento cercano, recordándoles que no están solos en esta batalla.
El modelo OncoCREAN ha despertado interés fuera de México, demostrando que cuando ciencia, voluntad política y humanidad se unen, incluso las batallas más difíciles pueden enfrentarse con eficacia. Sin embargo, los retos persisten: ampliar cobertura en zonas rurales y formar más profesionales con sensibilidad es esencial para que esta promesa de vida llegue a cada rincón del país. OncoCREAN es más que una política de salud pública: es un acto de justicia y solidaridad. Cada niño con cáncer merece la oportunidad de vivir, de jugar, de crecer, sin importar el lugar donde haya nacido.
La lucha continúa. Cada año, cada centro inaugurado, cada médico formado, cada molécula nueva y cada hora dorada aprovechada son oportunidades para salvar más vidas. Porque ningún niño merece perder la oportunidad de vivir por falta de atención. Porque el cáncer no es más fuerte que un niño con esperanza.