El piloto inglés salió del con el liderato del campeonato, sólo un punto por encima de su compañero en McLaren, el australiano Oscar Piastri. Con cuatro carreras por delante, el británico debe no sólo sostener la cima, sino demostrar más que nunca que puede ser un digno monarca.

Mucho se ha comentado acerca del favoritismo que el equipo de Woking le estaría dando a Lando Norris para que alcance su primera corona, con teorías conspirativas que hablan de que McLaren le estaría aplicando un “Checo Pérez” a Piastri (cerrándole la llave de rendimiento de su auto), hasta la preferencia empresarial por el inglés de parte del CEO de la escudería papaya, Zak Brown, de quien era socio (hasta julio) en un consorcio de videojuegos propiedad del piloto, la cual elevaría sustancialmente su valor, al tener un monarca de Fórmula 1 en su organigrama.

A lo largo de la temporada, Norris ha cedido a la presión, chocando con su compañero (tal como sucedió en Canadá), lo que le dejó fuera de combate, o siendo inconsistente en momentos clave, como en Azerbaiyán, en donde —pudiendo capitalizar con una victoria que Piastri terminó en los muros— finalizó séptimo. En Bélgica, una salida en falso y dos bloqueos en sus neumáticos, le hicieron perder la carrera, a pesar de haber logrado la pole position ante su coequipero.

Pero es hoy líder del campeonato, aunque su principal contrincante tiene una victoria más en la temporada (siete para el australiano, por seis del inglés). Sin embargo, si el británico desea que su corona sea indiscutida, tendrá que ganarse en las siguientes seis carreras (cuatro en formato normal y dos en modalidad corta o sprint) el respeto de los fanáticos y el paddock, dejando claro que —al menos en esta temporada— es mejor que Piastri.

En 2016, no hubo duda de que Nico Rosberg fue merecedor del campeonato del mundo, no importando incluso que Lewis Hamilton ganara una carrera más que él. La constancia y determinación del alemán sentenciaron que era digno de la corona con la que se retiró ese mismo año. Igualmente, en 1988, la lucha entre Ayrton Senna y Alain Prost se definió en la penúltima carrera, en Suzuka, donde la garra del brasileño apareció con una remontada épica desde la posición 14, para ganar la competencia, poniendo de manifiesto que era el justo triunfador de la temporada.

¿Campeonatos manchados? Quizá el de 1989 del francés Prost, por aquel contacto en Japón donde Senna fue descalificado, o también el de 2021, debido a la polémica decisión del director de carrera en Abu Dhabi, Michael Masi, que afectó a Hamilton y favoreció al neerlandés Max Verstappen.

Norris deberá dejar claro en lo que resta de la temporada que está decidido a arrasar a sus contrincantes por el campeonato del mundo, tal como lo hizo en México, donde ganó con más de 30 segundos de ventaja, dejando que los libros se escriban por sí solos. Es ahora o nunca para el inglés.

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