Luego del anuncio de la llegada de Sergio Pérez y Valtteri Bottas, como la dupla de pilotos con la que Cadillac apostará para su debut, se encendió la polémica dentro del paddock sobre si los equipos deben fichar o no a volantes jóvenes.

Y es que nadie puede reprocharle a la escudería estadounidense recurrir al dúo que, combinado, posee 16 victorias y más de 500 Grandes Premios, para tratar de reducir al mínimo su curva de aprendizaje como equipo debutante, sobre todo cuando su problema —de inicio— no es el presupuesto. Cadillac no sólo puede pagar por tener los servicios de Pérez y Bottas, sino también de personal de experiencia en áreas clave y para construir una fábrica de motores tres veces más grande que las oficinas de McLaren.

No ha sido así el caso de la mayoría de las escuderías debutantes en el Gran Circo, que generalmente contratan a un piloto de experiencia y uno novato, lo que permite ahorros importantes, sobre todo porque el dinero que llega de patrocinadores debe irse al desarrollo del auto.

Por ejemplo, Red Bull —en su nacimiento (2005)— contrató en el escocés David Coulthard (un experimentado ganador de 13 Grandes Premios y subcampeón del mundo) junto a un joven Christian Klein, quien corría ya en F1 desde un año antes. Igualmente, Mercedes (2010) sacó del retiro a Michael Schumacher para ponerlo junto a Nico Rosberg, quien ya tenía cuatro años en el máximo circuito, desde que Williams le diera su primera oportunidad. Haas, por su parte, sí hizo debutar a un piloto en su primera temporada: El mexicano Esteban Gutiérrez, quien corrió con el francés Romain Grosjean en 2016. Los desaparecidos Marussia y su sucesor Manor debutaron con pilotos sin experiencia en F1 y el problema constante era la falta de recursos económicos, lo que obligó a su desaparición.

Gabriel Bortoleto (Sauber) y Liam Lawson (Racing Bulls) alzaron la voz para pedir que la F1 abra más espacios para pilotos jóvenes, en una temporada con la mayor cantidad de novatos en los últimos años: Andrea Kimi Antonelli (Mercedes), Oliver Bearman (Haas), Jack Doohan (Alpine), Isack Hadjar (Racing Bulls) y el mismo Bortoleto. Sin embargo, los equipos buscan que sus procesos de maduración sean lo más rentables posible, en un entorno altamente competitivo, donde el riesgo de quemarse es alto. Hoy, lo vemos con el argentino Franco Colapinto, quien después de brillar en Williams (2024) pasó a Alpine, con riesgo de perder su asiento al no dar los resultados esperados.

Será cuestión de circunstancias para los equipos saber en qué momento debutar pilotos. Cadillac buscó al suyo y no lo encontró, pero está claro que —cuando lo tenga— lo pondrá en un asiento.

Mientras tanto, deberá maximizar su llegada a la F1 con pilotos de experiencia.

@jorgedialogante

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