La noticia bomba más relevante de la última década en la Fórmula 1 llegó en febrero del año pasado, cuando Lewis Hamilton, el siete veces campeón del mundo, anunciaba que luego de 11 años dejaba Mercedes para vestirse del mítico rojo italiano. Hoy, casi año y medio después del anuncio, los nubarrones son cada vez más grandes bajo la cabeza del piloto de 40 años.
Un desconsolado Hamilton se bajó del SF25 luego de la calificación en Hungría al quedar fuera de la Q2, sólo para ver cómo su compañero de equipo, el monegasco Charles Leclerc se llevaba la pole position de manera inesperada sobre el circuito donde precisamente el volante inglés ha ganado más que nadie, en ocho ocasiones. Fúrico y frustrado, Hamilton aguardó dentro del auto antes de quitarse el overol, y no era para menos, tal como hemos dicho en este espacio, el sueño italiano se ha convertido en una pesadilla para el británico.
“Soy absolutamente inútil”, dijo Lewis a la prensa luego de la calificación. Y fue más allá castigándose: “Soy yo, el segundo auto está en la pole, el equipo no tiene problema, tal vez deberían cambiar de piloto”.
Hamilton llegó a Ferrari con un contrato multianual que por lo que se sabe concluye en 2027, con un salario de 45 millones de euros anuales, cinco millones más de los que cobraba en Mercedes.
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El sueño de John Elkann, presidente de Stellantis, el grupo automotriz propietario de Ferrari, de ver al inglés en la escudería, y que era coincidente con el del propio Hamilton de concluir su trayectoria bajo los colores del Cavallino rampante e incluso ganar ese octavo título que lo ubicaría como el piloto más triunfador de la historia, se ha visto truncado por el momento deportivo más bajo del piloto en toda su estancia en F1.
Ya en 2022, luego de la batalla de la temporada anterior en donde hasta la última curva disputó el campeonato con Max Verstappen, Hamilton comenzó una tendencia a la baja, coincidiendo también con el de Mercedes. Ese año, George Russell lo superó en el campeonato de pilotos por 35 puntos; el año pasado, su último en las flechas de plata, volvió a quedarse atrás por 22 puntos. Actualmente, la diferencia con Charles Leclerc es de 30 unidades, con la agravante de que su compañero de garaje ha obtenido los cinco podios de Ferrari en la temporada.
Ferrari no puede permitirse destruir la trayectoria de Hamilton, pero el piloto tampoco debería hacerlo y analizar qué le está dando la escudería para revertir la situación. Cuando Michael Schumacher llegó al equipo construyó toda una estructura en torno a él, trayendo personal clave. Hamilton llegó solo y sigue solo, y esa soledad es la que lo está condenando. Si él decidiera marcharse nadie se lo recriminaría. Si hay alguien que tiene la capacidad de salir de una situación así es precisamente Lewis Hamilton. Ojalá que por el bien de Ferrari y la misma F1, así sea.
@jorgedialogante