Una de las piedras angulares de cualquier equipo exitoso de Fórmula 1 es, casi siempre por regla, el diseñador del monoplaza, ese ingeniero (regularmente en aerodinámica) que sabe no sólo interpretar el reglamento técnico vigente, sino descifrar sus debilidades para traducirlo en una triada auto-motor-piloto que sea capaz de ganar en un solo serial el mayor número de carreras posible.
En la máxima categoría la cantidad de ingenieros capaces de lo anterior no es precisamente numeroso. Desde el legendario Colin Chapman, fundador del equipo Lotus, creador del innovador “efecto suelo” cuyo principio hoy sigue rigiendo la Fórmula 1 (el principio por el que vuelan los aviones aplicado a la inversa), hasta nombres legendarios como Mauro Forghieri en Ferrari, Gordon Murray y Steve Nichols en McLaren (padres del exitoso MP4/4) o Aldo Costa en Mercedes, por nombrar a algunos.
Uno de los más exitosos de todos los tiempos es el británico Adrian Newey, artífice de eras doradas en equipos como Williams, Mercedes y Red Bull. Newey ha diseñado autos ganadores, embolsándose nada más que 12 campeonatos de constructores y 13 de pilotos en 36 temporadas. Actualmente, su talento es disputado por equipos como Ferrari, Aston Martin y el mismo Red Bull, escudería en donde labora desde 2006 y la ha entregado los autos ganadores del tetracampeonato de Sebastian Vettel y los tres de Max Verstappen.
Newey, el tipo tranquilo de la libreta roja que hoy está más allá, y que no le gusta mucho estar bajo los reflectores, es hoy la gran manzana de la discordia, pero no es la primera vez que sucede. En 2001, el excampeón y director de equipos de Industria Car, Bobby Rahal, intentó quitárselo (sin conseguirlo) a McLaren, en donde de hecho Newey firmó un precontrato y el asunto terminó discretamente en tribunales.
La noticia bomba de la semana es que, al parecer, Adrian Newey estaría yendoe a Ferrari para unirse a Lewis Hamilton en 2025, en gran medida alentado por el clima crispado en Red Bull.
Sin embargo, para desilusión de los tifosi, el acuerdo no es una realidad precisamente cercana. Red Bull no tiene conocimiento de ninguna comunicación oficial de Newey notificando su intención de dejar el equipo, además de que tiene contrato vigente hasta finales de 2025 y estaría obligado a cumplir otro año de licencia, lo que significaría que no podría trabajar para otro equipo de F1 hasta 2027.
Pero como diría el mexicano Jo Ramírez en su libro Mi vida en la Fórmula 1: “Cuando Ferrari llama, simplemente levantas el teléfono”.