San Luis Potosí elegirá gobernador en 2021 y la baraja de candidatos es amplia, desde el alcalde panista de la capital del estado, Xavier Nava Palacios, hasta el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, pasando por los priístas cercanos al gobernador Juan Manuel Carreras, como Joel Ramírez Díaz, su titular de Educación o Daniel Pedroza, secretario de Finanzas local.

Sin embargo, a juzgar por los indicios que aportan un año antes las encuestas electorales realizadas, la contienda parece que se definirá de los resultados al interior del PAN y de Morena, los partidos más aventajados en la entidad, donde destacan Xavier Nava y Esteban Moctezuma, respectivamente.

En la interna panista, el alcalde Nava Palacios tiene la ventaja del conocimiento entre la población local no sólo por su propia trayectoria política, que no es escasa, sino porque su apellido tiene raigambre: es nieto de Salvador Nava Martínez, histórico líder social del estado, dos veces alcalde de la capital y dos veces candidato opositor a la gubernatura.

Es muy probable que el ex alcalde Octavio Pedroza busque disputar la candidatura del PAN a Nava; sin embargo, la tarea se ve complicada porque su hermano, Daniel Pedroza, es el actual secretario de Finanzas, lo cual generaría (durante toda la campaña) la sospecha de que el ex presidente municipal pudiera estar actuando con los intereses familiares en mente.

Además del gobernador se renovarán las 27 diputaciones locales del Congreso (15 diputaciones de mayoría relativa, 12 de representación proporcional) así como 58 presidencias municipales. Mucho por definir en esta entidad dentro de un año. También por eso la baraja de aspirantes en los partidos será amplia: todos quieren algo con qué negociar rumbo a la asignación de esas posiciones.

Por eso también hay muchos apuntados en Morena: además de Moctezuma están el magistrado administrativo Juan Ramiro Robledo Ruiz; el delegado federal en el estado Gabino Morales, y Adrián Esper Cárdenas, alcalde Ciudad Valles. Cada uno buscará el favor de Andrés Manuel López Obrador quien, aunque dice que no mete las manos en su partido, sin duda sí utilizará el famoso “dedazo” para seleccionar candidatos estatales.

Esteban Moctezuma es el más conocido entre los aspirantes en Morena, sin embargo, ha tenido un rol poco visible en los últimos meses, quizá deliberado, luego de que se le cuestionara por haber contratado a su ex empleador, Grupo Salinas, para asegurar los inmuebles de la Secretaría de Educación Pública por casi mil millones de pesos. Prácticamente ha estado desaparecido el funcionario desde aquel escándalo.

Encima hay que considerar que los problemas en la entidad son muchos y los grupos sociales, políticos y económicos no necesariamente verían bien la llegada de “externos”, no empapados en los temas locales, para apenas comenzar a enterarse sobre lo que ocurre en la entidad.

Hay preocupación del empresariado, recientemente expresado en una encuesta realizada por Coparmex, por la seguridad en San Luis Potosí. Hay inquietud pues, aunque el estado se encuentra lejos de las cifras de delincuencia de sus vecinos, el famoso “efecto cucaracha” siempre es un riesgo.

Es precisamente en ese punto que Xavier Nava tiene margen de maniobra político: desde el verano del año pasado construyó un discurso centrado en coordinación entre corporaciones policiacas y construcción de infraestructura para seguridad, como la instalación de botones de pánico y alarmas vecinales como reacción preventiva.

No ha sido únicamente un tema de compras y obras: para conseguirlas tuvo que tener negociaciones con los sectores reclamantes de seguridad: principalmente vecinos y estudiantes universitarios. Esta interlocución le proporciona una ventaja sustancial en importantes sectores electorales rumbo a la definición de la candidatura.

De entre las entidades que seleccionarán gobernador en 2021, esta es una donde el PAN tiene la oportunidad de recuperar lo perdido. Para conseguirlo deberá cuidar no desgastarse internamente, pues Morena llega con la ventaja de un dedazo que eliminará, previsiblemente, fricciones partidistas.

El juego de ajedrez apenas comienza.

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