Se había vuelto insostenible la candidatura de Joe Biden. Cada día resultaba más evidente su debilitamiento físico y mental. Conducía al partido demócrata a una debacle.
Asimismo, se antoja inverosímil otra candidatura que no sea la de la vicepresidenta Kamala Harris. Negárselo es ofender a las mujeres y a los afroamericanos. Pero no ha demostrado ser una candidata fuerte, ni invulnerable ante los ataques de la derecha por su supuesto izquierdismo.
Por lo pronto, la contienda se torna competitiva, pero Donald Trump aún puede arrasar. Las primeras encuestas durante la semana nos ilustrarán. Harris saldrá arriba, pero solo por ahora. Algo dependerá de su compañero de fórmula, de preferencia alguien de Pennsylvania o Michigan.
Excanciller de México