El día de hoy se termina el periodo ordinario de sesiones en el Senado de la República con un debate eterno sobre la reforma “secundaria” en materia electoral que busca retrasar la inevitable aprobación por parte de la mayoría de Morena de la minuta que se gesta en el Palacio Nacional y que vulnera al INE por muy diversos frentes.

La oposición se desvive en alargar el debate incluyendo mociones y puntos particulares que deben ser desahogados en largos discursos ante el pleno del Senado y aunque los argumentos de la oposición son sólidos y acusan las evidentes inconstitucionalidades de la reforma propuesta por el Ejecutivo Federal y aprobada en “fast track” por los diputados de mayoría Morena, todos saben y entienden que la reforma pasará en sus términos y que este debate se irá directo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Lo que diversos analistas y expertos en materia electoral no alcanzan a explicar o entender es porque se han empeñado AMLO y su grupo más cercano en impulsar un proyecto de reforma secundaria en materia electoral, que será impugnada en el minuto uno de que sea aprobada, por una acción de inconstitucionalidad promovida por los legisladores de oposición y para la cual seguramente habrá un futuro incierto ya que la SCJN emita su resolución al respecto. Sobre todo cuando la tendencia para ganar la elección del 2023 y 2024 los marcan como claros favoritos.

Se acusa desde tribuna por los opositores que está reforma electoral por la vía de leyes secundarias emana del odio hacia el INE y de una reacción visceral de parte del Presidente López Obrador, primero por el fraude que ha sostenido se le cometió en 2006 avalado por el IFE (hoy INE) y porque no pudo pasar la reforma constitucional en la materia hace unas semanas ya que el bloque opositor se opuso y no logró la mayoría calificada el proyecto de Morena.

Y por si todo esto fuera poco el aún líder de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal en su posicionamiento sobre el tema se manifiesta en total oposición del proyecto por inconstitucional y deja solos a la mayoría de Senadores de Morena, a los cuales coordina, para que voten y aprueben el proyecto por mayoría simple. Para rematar la SCJN se encuentra en pleno proceso de elección interna para determinar quién será el próximo Presidente de la Corte en un proceso en donde los candidatos del oficialismo Yazmín Esquivel (apoyada por Palacio Nacional) y Alfredo Ortiz Mena (apoyado por el presidente saliente Arturo Zaldivar) se dan hasta con la cubeta y desgastan abriendo espacio para la llegada en el repechaje de Ministros mucho menos politizados como Alberto Pérez Dayán o Javier Laynez.

Si alguna palabra podría encajar en todo este entorno de reformas y contra reformas electorales sería incertidumbre, toda vez que nada es lo que parece y nadie sabe dónde va a terminar el asunto.

Con todo lo anterior en el tintero, no queda más que pensar mal y asumir una de dos: o el Presidente López Obrador sabe algo que los demás ignoramos o de plano está neceando y le está ganando la víscera.

Sea como sea, la reforma secundaria en materia electoral pasará, será impugnada, muy probablemente decretada inconstitucional en varias de sus partes por una SCJN con nuevo Presidente, que no será de los originalmente impulsados por el oficialismo. Monreal dejará de coordinar la bancada de Morena y se convertirá en Senador de a pié y se quede o se vaya quedará minado políticamente porque no es de aquí ni es de allá, y el Presidente López Obrador no dará su brazo a torcer pase lo que pase, mientras todos miramos el circo que se ha armado y que en realidad no va a vulnerar al INE por más que se rasguen las vestiduras defendiéndolo.

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