A la luz de la compra que hace Elon Musk de Twitter por 44 mil millones de dólares no obstante que durante 2021 la red social perdió 221 millones de dólares y 1,136 millones durante 2020, bajo el argumento de que no le importan sus resultados financieros sino su influencia para impactar en la opinión pública, deslistándola del mercado público, se abre un capítulo de transformación en los nuevos medios de autocomunicación masiva.
De la mano de la revolución que implican la seguridad y confiabilidad para lo que ocurre en internet a través de Blockchain y sus múltiples aplicaciones de las cuales una son las criptomonedas, estamos viviendo una revolución en el mundo digital, ahora llamado “metaverso” por algunos, que tendrá implicaciones definitivas en la política, la economía, los negocios y la forma en que nos relacionamos.
Políticos populistas como Donald Trump, aunque sea capitalista, lo saben y lo usan para su beneficio sin tener que pasar por los filtros que antes aplicaban los medios masivos tradicionales y sus dueños, hoy la forma de control que le aplican a un político o empresario que abusa de su influencia en las redes, se restringe a censurarlo de la red y luego perdonarlo, pero no media filtro de mensajes, ni negociación de forma y tono, ya que la comunicación es instantánea.
Donald Trump usó Twitter para llegar a la Presidencia de Estados Unidos, hasta que correctamente lo censuraron ya como Presidente en enero de 2021 por apoyar la toma violenta del capitolio de ese país. Hoy Elon Musk, un empresario, puede perdonar a Trump para que regrese a Twitter y ayudarlo a ganar la Presidencia de nuevo o no.
El presidente López Obrador, al igual que Trump, usó las “benditas” redes sociales para acceder a la Presidencia de México en 2018 y crecer en su reconocimiento de nombre durante 18 años y tres elecciones, ya que lo tenían censurado los medios de comunicación tradicionales que a la postre perdieron influencia y se languidecen ante el crecimiento de los nuevos medios interactivos en internet. Y al igual que aquel se le tacha de populista.
Hace poco Carlos Slim otro empresario, con motivo del cambio de Presidencia del CCE que ganó Francisco Cervantes, le dijo a la cúpula empresarial del país que no hicieran olas con enfrentamientos inertes con el Presidente y su 4T, ya que este es un gobierno de transición.
Lo que no dijo, pero está implícito, es que sí es un gobierno de transición pero que no hay retorno y atinadamente señaló el camino a seguir por el empresariado. El cambio de paradigmas es imparable y más vale adaptarse al mismo, que pelear una guerra imposible de ganar. Veremos sin duda cada vez más gobiernos transformadores radicales, ya que es lo que la gente pide a gritos.
Sin importar el color que gobierne y los términos que los definan, las redes sociales y la nueva generación de internet confiable sobre blockchain, 5G y la nube, así como la enorme desigualdad que existe en el mundo, la necesidad de equidad, la sociedad comunicada, consciente y demandante, determinan el cambio y la transición de la que habla Slim, que impulsa Musk y que aprovechan Trump y AMLO.
Hay políticos y empresarios como Trump, AMLO, Musk y Slim que lo entienden y por supuesto que se caen bien, son “best friends”, ya que tienen muchas más similitudes que diferencias y los dos primeros son atractivos para el voto popular harto de discursos acartonados y acciones tibias de gobiernos que nunca los han atendido, aunque podamos estar en contra de muchas de sus políticas. Quien no entienda esto y pretenda ganar elecciones está sin duda en el camino equivocado.
Empresario, político, financiero y experto en transformación digital