Al momento que se escriben estas líneas está siendo vinculado a proceso y se le mantienen las medidas cautelares de prisión preventiva al exProcurador Jesús Murillo Karam , de 75 años, quien se encuentra internado desde su detención en el reclusorio norte.
Junto con él es encuentran imputados con orden de aprensión 20 militares y 62 funcionarios, criminales y policías. Entre ellos, Tomás Cerón exjefe del área de investigación en la PGR al mando de Murillo Karam y se señala al exgobernador Ángel Aguirre de formas muy guerrerenses. También se intenta involucrar a Omar García Harfuch , jefe de la policía de la Ciudad de México, con Claudia Sheinbaum, quien ha salido a deslindarse negando cualquier participación en la creación de la verdad histórica.
Hasta aquí los hechos mediatizados, pero subyace una gran carga política en todo el asunto. Desde temas electorales, hasta apriete de tuercas a los Priístas, pasando por evidenciar arreglos cupulares en asuntos de Estado durante las épocas “neoliberales” como les gusta llamarle ahora a las administraciones Priístas y Panistas.
La realidad, es que hay en todo una parte de verdad y otra de ficción, nada en la vida es blanco o negro siempre hay matices y grises.
Electoralmente es un hecho que golpear el PRI será una práctica permanente de aquí al 2024 para con ello vulnerar a la alianza opositora y vaya que tienen tela de donde cortar. En Ayotzinapa y en otros expedientes que ya se cocinan en la UIF contra priistas y algunos panistas encumbrados, por supuesto que hay un trasfondo electoral al buscar mostrar una cara obscura e impresentable de esos partidos y bajarles votos indecisos que son los que se definirá el Estado de México y la Presidencia en el 2024.
Desde que detuvieron a Chucho Murillo hubo quien dijo que estaba pactada su captura y que saldría por lo endeble de su carpeta de investigación y puede que tengan razón en lo jurídico, pero no en lo político. A Jesús Murillo lo van a mantener en prisión por razones políticas, para seguir dando muestras de que se castigan los hechos de Ayotzinapa, aunque no vemos que se haga algo y se lleven a la justicia a los que en realidad los victimaron y con él caerán otros funcionarios y militares que no fueron quienes mataron u ordenaron el crimen, pero sí participaron en las investigaciones.
Poco va a quedar del PRI, si es que algo, para el 2024 ya que no van a dejar títere con cabeza y los priistas que se salven por limpios o porque no los pueden exhibir, muy probablemente vendrán a seguir engrosando las filas del gobierno morenista en el sexenio del 2024 al 2030, partido que para sobrevivir sin AMLO y su popularidad en la presidencia, tendrá que convertirse de centro izquierda como lo fue el PRI hasta los años setentas.
Como están las cosas hoy, sin entrar en radicalismos ideológicos, sólo viendo los números y las tendencias en 2023 el Estado de México será para Morena, ayudados por el PRI de del Mazo a quienes los panistas no se han cansado de afrontar en una rara forma de buscar una alianza, y en el 2024 la Presidencia será Morena igualmente.
Si bien es cierto que en política nada está escrito y todo puede cambiar, lo que no va a cambiar es la desigualdad que ha hecho posible la situación que hoy nos confronta. Es simple de entender si se quiere ser objetivo, ningún sistema democrático basado en el libre mercado en países con esta desigualdad la ha reducido significativamente y AMLO ha tratado por lo menos darles algo para tener esperanza aunque sus formas y métodos no nos gusten, mientras no nos avoquemos desde donde estemos a resolver esta situación los sistemas de izquierda y populistas seguirán ganando elecciones.