Hoy se consuma el inmenso fraude en Venezuela, Maduro, el dictador amigo de la Presidenta -eso sí con A- atravesó todas las resistencias dentro y fuera de Venezuela. Torturó, mató, secuestró, encarceló con mayor impunidad que las dictaduras clásicas de Pérez Jiménez, Batista, Somoza, Duvalier antes de los sesenta y a las de los gorilas de Brasil, Argentina y la sangrienta de Pinochet.
Pero estas dictaduras son de “izquierda”, se llegaron a autonombrar como Socialismo del Siglo XXI. Las ruinas son su legado en Cuba, Nicaragua y Venezuela; hambre, miseria y éxodo masivo son su aportación redentora del pueblo. Sin rubor alguno AMLO, la 4T desmantela la incipiente democracia mexicana, inspirados en esos “paraísos” antiimperialistas.
Paradójicamente Donald Trump no mueve un dedo para “combatir al comunismo”, pero bautiza al Golfo de México como Golfo de América, reivindica a Groenlandia como territorio de Estados Unidos y quiere a Canadá como parte de ese país.
Nuestra Presidenta responde, con mapa del México de Iturbide antes del despojo gringo de más de la mitad de nuestro territorio proyectado en la pantalla de la mañanero del pueblo, que suena mejor América Mexicana, renombrar así a esos territorios de California, Nuevo México, Arizona, Texas que entregó Santana al Imperio.
Amarren sus cinturones, no va a pasar nada, la presidenta Claudia nos dice que es un asunto del estilo de comunicación de Trump, pero estamos en muy buena relación con nuestro país vecino y aliado.
Bajo su liderazgo, los 32 gobernadores de la 4T, reiteran su “compromiso” con hacer realidad de millones de mexicanos. Al más puro estilo de carro completo del PRI echeverrista, quizá con ventaja para Don Luigi, dado que él sí rompió con Israel e incluso con Franco, sin dejar de ser un fiel amigo de los Estados Unidos e incluso integrante de la CIA de sus sistema litempo, como lo afirmó Philip Agee, jefe de la estación de la compañía en México.
Total que importan los hechos, sí seguimos teniendo otros datos, aunque aumente el desempleo, la inflación crezca como hace mucho no ocurría, ni en el auge del neoliberalismo —por fortuna ya superado)— la gasolina aumente , pero eso sin gasolinazos.
Mientras los índices de aprobación de nuestra presidenta sigan a la alta, lo demás “no tiene la menor importancia” como decía nuestro galán del cine de oro mexicano, Arturo de Córdova.
No importa que el Tren Maya haya sido construido destrozando la selva, el AIFA no tenga vuelos, la refinería Dos Bocas siga chupando miles de millones sin producir un barril, siga habiendo carencias de millones de medicinas en nuestro “sistema de salud, superior al de Dinamarca”.
Lo verdaderamente importante es la “revolución política pacífica” realizada por la 4T, con las feministas acusadas de ser provocadoras e instrumento de los conservadores, las madres buscadoras no sean bien recibidas en el palacio amurallado, las comunidades zapatistas cercadas por los grupos de narcos, los clientes de “sembrando futuro” siempre protegidos por los militares e incluso los familiares de los 43 de Ayotzinapa sigan siendo engañados. Total, qué tanto es tantito.
Seguimos siendo un país maravilloso, ahora con el pueblo más politizado del mundo, con más de 50% de personas en la llamada economía informal, cientos de miles de muertos, desaparecidos, con el más bajo índice de cobertura en la educación universitaria del continente a pesar de las “Universidades Benito Juárez” y las Rosario Castellanos ahora convertidas en nacionales, donde no hay instalaciones, ni contratos para los maestros, ni salarios, ni nada semejante al neoliberalismo.
Vamos re-que-te-bien.
@joelortegajuar