Los alfiles

son una de las piezas más emblemáticas del ajedrez. La palabra alfil proviene del árabe al- fil, que significa el elefante. Su valor teórico es similar al de los caballos, pero hay muchos grandes maestros que los prefieren por su mayor movilidad, sobre todo si el juego es abierto.

En general, suele considerarse a la pareja de alfiles superior a un caballo y alfil, o a una pareja de caballos.

En opinión del maestro alemán Siegbert Tarrasch (1862- 1934), “Al igual que Voltaire no podía escribir sin su gato al lado, yo no puedo jugar sin mi alfil de rey”. Es más, según el gran maestro Savielly Tartakower (1887-1956), “El momento más importante de la partida es el primer movimiento de alfil”.

Incluso en otra ocasión advirtió: “Los alfiles en fianchetto (los que se desarrollan por las grandes diagonales) son como dragones en una cueva. No se les ve, pero de vez en cuando lanzan sus llamaradas y pulverizan a sus enemigos” . Por tanto, ¡aguas!

-rjavier.vargas.p@gmail.com

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